Nuestro primer pecado

4 0 0
                                    

Pequé de la manera mas rica y placentera.
Y cómo no iba a hacerlo si desde varios años atrás tuve esa atracción por él, me gustó desde antes de que su mejor amigo se convirtiera en mi novio. No me encontraba en las mejores condiciones con mi novio, habíamos pasado por tantos problemas, pero qué puedo decir, ahí seguíamos.
Todo empezó una noche de rumba, salimos 3 parejas (cada quien con su respectivo novio/a), ese día me sentía la más diva, sentía la mirada de todos y esa atención disimulada del mejor amigo de mi novio. Todo iba muy bien, baile por aquí y por allá; dado un rato, mientras bailaba con él retomamos una conversación que nos quedó pendiente desde hacía un año, donde nos confesamos lo mucho que nos gustabamos cuando estábamos solteros; y si, mientras bailabamos nos terminamos de confirmar aquellas confesiones. Al terminar la fiesta mi novio estaba demasiado ebrio, por lo cual tomamos un taxi entre los 4 y lo fuimos a dejar a su casa. Con lo borracho que estaba le ayudé a subir a la habitación y a empijamarlo con la ayuda de su amigo (sí, ese chico), luego de haberlo logrado, mi novio decidió ir al baño por lo que quedamos solos en la habitación este chico y yo. No pudimos evitarlo, nos consumió el deseo por ambos y cuando menos lo pensamos ya estábamos en el éxtasis de nuestro beso; caímos en cuenta de nuestro error, nos detuvimos y ayudamos a acostar a mi novio. Pero lo sentíamos, nuestros corazones palpitando a mil, nuestro sexo deseándose mutuamente, no podíamos conformarnos sólo con aquel beso, los dos lo sabíamos y necesitábamos de más, por lo que al salir de ésa habitación nos besamos aún más apasionados, tocándonos pero apresurándonos. Mi suegra estaba en la sala con la novia y de él y nos estaban esperando. Asi que bajamos arriesgandonos a todo, digo que arriesgandonos porque yo tenia puesto un pinta labios y por supuesto después de aquel beso quedamos manchados por él. Por lo que se le ocurrió decir que iba a vomitar, para correr al baño y lavarse la boca. Luego, a solas los dos de nuevo en el segundo piso nos despedimos de un piquito en la boca. Como si nada, como si la nada fuera la excusa perfecta para ocultar todo lo que pasó en esos instantes; me acompañaron hasta mi casa, ya una vez dentro de ella, me volvió el alma al cuerpo con demasiadas emociones encontradas, no podía soportar todo este revoltijo se sensaciones y la tormenta del "¿Qué pasará después?".

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 12, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

PEQUÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora