Nunca Será Suficiente

Capítulo único

Últimamente había algo que le molestaba. Algo que había estado ahí desde hacía un tiempo pero que nunca antes la había hecho sentir así.

Conocía el carácter y la capacidad de atracción de Kazuto hacia las mujeres, sin importar de quien se tratara, pero también conocía la manera de actuar del azabache y por eso siempre había puesto su confianza en él por delante de sus celos. Pero todo tenía cierto límite, hasta para ella.

La felicidad de haber pasado por fin a esa etapa de su vida en la que podía pasar con él las 24 horas del día sin que nadie pudiera recriminarle nada quedaba prácticamente opacada por la presencia de una invitada algo peculiar.

--Bien, Alice, gracias de nuevo por tu ayuda -- Kazuto Kirigaya, su ahora marido, se despedía en la puerta de su hogar de una rubia de personalidad complicada que se preparaba para regresar en el taxi que estaba esperando en la calle. Incluso cuando Kazuto había insistido en acompañarla, ella simplemente se había negado. -- ¿Nos vemos mañana de nuevo? ¿A la misma hora?

--Sin problema, recuerda revisar lo de antes para tenerlo preparado desde el minuto uno -- le respondió, con su habitual rostro repleto de seriedad. De reojo pudo distinguir la figura de la mujer de la casa asomada al marco de la puerta, dispuesta a despedirla como solía hacer. --Buenas noches, Asuna.

La mencionada la despidió con la mano y una sonrisa un tanto extraña.

--Buenas noches Alice, ten un buen viaje de regreso.

La rubia asintió y salió por la puerta, cerrándola a su paso. Kazuto se estiró perezosamente una vez quedaron a solas. Se giró hacia su esposa y caminó con ella tomada de la cintura hacia la cocina.

--¿Que nos has preparado de cenar, subcomandante? 

--¿Eso es lo mejor que sabes decirme después de todo el día? -- preguntó, inflando las mejillas. Kazuto sonrió y le llenó la cara de besos mientras ella trataba de resistirse, fingiendo ese habitual mal humor, para la gracia del pelinegro. --¡Moo, ya detente!

--¿Cuál es el problema? Solo estoy disfrutando de mi linda esposa, celosa porque el trabajo con Alice me consume -- de un veloz movimiento la tomó de las piernas y la subió sobre la encimera para tenerla a su altura -- Lo siento, pero si hago esto es porque te quiero, lo sabes, ¿no? Te quiero muchísimo.

Asuna apoyó su frente sobre su hombro, para evitar darle la satisfacción de encontrar su rostro completamente colorado. Incluso cuando llevaban más de un año casados y un largo tiempo saliendo, que su novio, ahora marido, le dedicara palabras cargadas de romanticismo seguía siendo nuevo y difícil de tratar para su delicado corazón.

Solía ser ella quien actuaba como la guía en esa relación desde los primeros momentos, por lo que ese claro desarrollo emocional de Kazuto, directo y certero en cuanto a sus sentimientos, seguía siendo inquietante. Sin embargo, no se quejaba en absoluto, pues bien sabía que los momentos en los que dejaba salir ese lado cursi cargado de amor que ella disfrutaba de muy buen agrado eran contados, incluso para alguien con el que llevaba saliendo tantos años.

--¿Alice volverá mañana?

Kazuto soltó una risita mientras acariciaba con cariño la espalda de su esposa. La tomó de la mejilla y la obligó a mirarle.

--No puede ser, ¿estás celosa de verdad? No lo creo... -- estampó sus labios contra los de ella para callar sus protestas que estaba seguro que vendrían. Con brusquedad en un primer momento consiguió deshacer el puchero que persistía en quedarse pegado en la boca de Asuna, y terminó besándola con suavidad cuando sintió como se relajaba entre sus brazos.