Punta, talón [YoonMin myg+pjm]♡

⌦ 29: Fue mi primera vez

Era sábado por la tarde cuando Min Yeji se despidió de su padre diciéndole que ella y Hyunjin tenían que practicar una coreografía para la canción que Chanhee y sus amigos planeaban cantar en un concurso de su localidad.

La pequeña rubia no pidió el permiso de su padre, sino, más bien le avisó que saldría y que pasaría la noche en casa de su mejor amigo porque la madre del también rubio se había ofrecido a recogerlos al terminar de bailar.

El empresario pelinegro ni siquiera tuvo tiempo de negarse porque su hija se salió corriendo de su casa porque iba una hora tarde por haberse tomado una siesta vespertina, sin embargo al salir ella le gritó algo que no pudo entender del todo, sólo había escuchado el nombre de Jimin, pero no estaba realmente seguro de lo que su hija había querido decirle.

En el transcurso de una hora la noche comenzaba a ser más evidente, pues los cielos no se veían tan claros como al inicio de la tarde, luego el timbre de su casa resonó por el lugar y con demasiada pereza se levantó a abrir la puerta pensando en que pudo haber evitado hacer ruido y fingir que la casa estaba vacía.
Abrió la elegante puerta de madera y se encontró con la linda sonrisa que tanto deseaba besar día y noche.

—Señor Min Yoongi, vengo por un servicio especial. —Habló el chico con coquetería.

—¿En verdad? ¿Y de qué trata ese servicio? —Yoongi se cruzó de brazos y con una sonrisa divertida se recargó en el marco de la puerta.

—Skincare—Jimin rió y levantó el bolso que llevaba en su mano derecha.

—Acepto—Dijo Yoon y Jimin se abrió paso para entrar a la residencia de los Min.

—¿Dónde está Holly? —Preguntó el rubio extrañado con la ausencia del cachorro, cada que llegaba alguien a casa el pequeño esponjoso café saltaba de alegría.

—Está en la escuela—Respondió y cuando llegaron a la sala de estar se dejó caer en el sofá.

—¿Por qué Min Holly está en la escuela? —Preguntó el rubio entre risas.

—Orinó mi coche.

—Eso no es tan-

—Por dentro. Tuve que reemplazar la tapicería. —JImin rió más alto.

—Es un cachorro, Yoonie~ —Dejó Su bolso en el piso y se abalanzó al pelinegro quedando acostados sobre el sofá.

—Oh~ ¿Estás coqueto? —Jimin asintió. —¿Hay algún motivo en especifico? —El pelinegro posó sus blancas manos sobre la espalda baja del menor.