Aun cuando no estas presente...

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Naruto se encontraba en la entrada de la aldea junto a su pequeño hijo, esperaban la llegada de Sakura para dejarle el cuidado del niño, no tardó mucho tiempo para que se pudiera deslumbrar su cabellera rosada, Naruto sabía que era ella así que habló con su hijo.

Boruto, Sakura-chan te va a cuidar estos días que estoy de misión ¿Si? – Agarraba ambos hombros mientras el pequeño solo asentía – El cumpleaños de Sarada lo van a hacer en la casa así que obedece – El pequeño rubio solo asentía a lo que su padre le decía, sabía que sí él le decía algo tenía que obedecer y así su padre estaría feliz con él.

Naruto, Boruto, perdonen la tardanza – Se disculpó Sakura – ¿A dónde es que iras? – le pregunto al rubio mayor.

Creo que a Kiri – Revisando el documento – ¡Sí! ¡Si! A Kiri – Sakura se contuvo de no darle un golpe a su amigo pero le alegraba verlo mejor, siempre había sido así de distraído y eso le gustaba – Bueno, me despido, regreso en unos cuantos días – Volteando a ver a su hijo – Cuida la casa por mi campeón – Naruto levantó el puño hacia su hijo mientras este lo imitó y con mucha energía los chocaron, Sakura había visto como Naruto volvía a tener esa sonrisa de siempre.

Los días habían pasado rápidos, Sakura sin darse cuenta se había quedado a dormir los tres días en casa del rubio, la cama que tenía en su casa era para tres personas aunque solo la utilizaban ella y su hija por lo que decidió que era mejor para los niños dormir en la casa de Boruto ya que había más cuartos.

Aunque se sintiera incómoda en la casa de su amigo, ella se quedaba en la habitación de huéspedes mientras Boruto y Sarada dormían en el cuarto del Uzumaki.

Cada que ella limpiaba la casa tenia momentos donde se preguntaba si estaba tomando el puesto de la difunta Hinata, aunque rápidamente se quitaba esa idea ya que Naruto era su amigo y Sasuke su esposo, al recordarlo empezó a escribirle una carta para venir al cumpleaños de la niña.

Ino y Hanabi habían ido a ayudar a la pelirosa, Naruto había hablado con Hanabi antes de irse, le había comentado que Sakura utilizaría su casa para la fiesta de Sarada por lo que Hanabi se ofreció a ayudarla también.

Sakura se encontraba en la mesa mientras pensaba en que escribirle a su esposo.

“Sasuke-kun, pasado mañana es el cumpleaños de Sarada, me gustaría que vinieras una vez a festejarlo con ella, te extraño al igual que ella te extraña, espero te vaya bien en el viaje, igual tráele un regalo a la niña, le encantaría.

Atte: Sakura”

Bien – Decía la pelirosa mientras invocaba un águila y le daba el mensaje – Espero y lo lea a tiempo.

La casa empezaba a llenarse de gente, Sarada se encontraba junto con Boruto jugando mientras los demás llegaban con sus hijos, Shino era el que los cuidaba, al parecer se le daba bien conectar con los niños, cosa que asombro a más de uno.

Bien, es hora de festejar a la cumpleañera – decía Ino mientras sacaba el pastel y lo ponía en la mesa – Sarada, feliz cumpleaños pequeña – La sonrisa de Ino alegro a Sarada haciéndola sonreír.

La tarde estaba pasando y los niños jugaban mientras los más grandes platicaban sin quitarles un ojo a los pequeños, después de la cuarta guerra, estos momentos de paz eran más que bienvenidos.

Casi todos los presentes preguntaron por el rubio, se les hacía raro que no se encontrará en su casa más grande fue su sorpresa al saber que estaba de misión.

Nunca Es Tarde Para AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora