Dijkstra

Capítulo 11

—El 24 de julio del 2025 ellos estuvieron en nuestra isla. Viðarr y Tyr, para ser específica. Saben que siempre suelo dar un paseo por la isla pero ese día fue diferente me encontraba cerca de la tumba del vikingo Havgrímur. Nunca había ido a ese sitio, simplemente cuando me di cuenta me encontraba ahí. Me senté un rato viendo el paisaje mientras veía a algunos extranjeros pasearse por la zona y tomar algunas fotografías. Lo curioso del caso es que habían dos que no lo hacían, estaban como buscando algo. Los seguí solo por diversión estábamos en pleno verano y ustedes dos habían ido de excursión a Vágar. Un par de horas después llegaron a casa de la señora Hela. Empezaron a hacer comentarios muy despectivos del sitio. Tras unos minutos se retiraron.
—¿Pero cómo sabes que eran ellos?—pregunté.
—Ellos eran, Dijkstra. Cada vez que ellos venían algo malo pasaba en la isla. Han estado aquí al menos unas 4 veces. El día que el barco del señor Marcus se hundió ellos estaban aquí así como el día de la muerte de la señora Helga y el accidente de tránsito del bus de turistas hace tres meses.
—Eso solo son coincidencias—dije recordando lo que me había dicho Höðr.
—Debemos prepáranos entonces—prosiguió mi hermana mayor.
—Podemos fingir nuestra propia muerte. Será sencillo solo debemos ubicar el lugar correcto en el momento correcto—señaló Skuld— hacemos que morimos y podremos escapar.
—¿Y nuestros padres?—dije arqueando una ceja.
—Ellos no importan.

Ambos arqueamos la ceja y vimos a Skuld algo confundidas. Entonces yo solté lo que sabía. Quería ver qué tan cierto podría ser lo que dijo Höðr.
—¿Así que es cierto?
—¿Qué?–me miro Skuld.
—Fuiste tú. Fuiste tú la que volcó el barco en el Mar del Norte.
—¿De qué hablas Dijkstra? Ese es solo un sueño que has tenido desde pequeña.

Si había algo que Skuld no sabía hacer bien era ser capturada en una mentira. Se ponía nerviosa. La he conocido durante muchos años inclusive más de los que me había dado cuenta. Podía ver como sus pupilas se dilataban cuando mentía y su voz cambiaba de tono.
—¡Tú me mataste!—dije gritando.
—Dijkstra no te enfades. He hablado de eso durante años con Skuld. Jamás volverá a pasar. Mientras tú no vuelvas con ese chico Höðr. Igual no lo recuerdas ¿cierto?
—¿Qué? ¡Tú sabías! ¡No! ¡No!—empece a recorrer la habitación—¿Cómo es que yo no recuerdo nada?
—No quería que estuvieras enfada conmigo cuando volvieras. Así que Urðr se las ingenió con ayuda de Hela para que no recordaras. Verás a los 8 años es cuando empezamos a recordar quienes fuimos. Empiezan con fragmentos pequeños de vida. Conforme crecemos todo empieza a ser más fuerte pero contigo fue diferente. Skuld y yo encontramos una manera de hacer que tú no recordaras nada. O algo menos gran parte de todo.
—Llevaba una vida dentro de mí ¿No te importo eso, Skuld?
—No lo sabía hasta que Höðr me hirió al intentar matarme. Bueno sí tuvo éxito porque morí 4 semanas después las suficientes para que Urðr y yo nos encargáramos de acordar lo de nuestra próxima vida. Juro que lo siento pero los celos me invadieron. Nunca va a volver a pasar. Estar cerca de ellos me hace un mala persona y a ti alejarte de nosotras. Debemos permanecer unidas.
—¡Quiero mis recuerdos ya!—le insisto a mis hermanas.
—¡No!—dice Skuld en un tono muy fuerte—Esos recuerdos solo te confundirán más.
—Skuld ella merece tenerlos de vuelta—indica mi hermana mayor.

Skuld dio un respiro y empezó de nuevo:
—Está bien. Los tendrás pero en cuanto ellos estén muertos. Todos—me miro a los ojos fijamente—Es asqueroso como tu ojo izquierdo cambia al ver a ese imbécil—dijo en un tono despectivo que jamás la había escuchado usar.
—Skukd ¡Los quiero hoy!—grite más fuerte—Si no los tengo para el final del día de hoy no te ayudaré en nada. Dejaré que todo caiga por su propio peso. Tú decides.