Revelaciones.

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STUCKY.
Desde mi punto de vista no contiene spoilers, pero por si acaso ADVERTENCIA DE SPOILERS.

Ver una foto suya en el escritorio de la mujer a la que amó le hizo sentir su corazón oprimirse, había esperado tanto para poder estar con ella siquiera una sola vez, era dueña de sus sueños anhelantes del futuro; Como el poder llegar a su casa en un suburbio conocido de la ciudad con su familia esperando ansiosa su llegada, sus hijos corriendo hacia él para abrazarlo con la felicidad marcada en el rostro de verlo de nuevo, con su pareja recibiéndolo en el umbral de la puerta con un beso cariñoso en los labios y una cálida sonrisa que le hiciera pensar que el esfuerzo del día había valido toda la pena.

Ese era un sueño que con el pasar de los años había ido desapareciendo del corazón de Steve Rogers, un hombre que sólo tenía derecho a vivir por y para los demás, entregando su vida día con día para que la humanidad pudiera disfrutar de otra mañana con el sol deslumbrando en lo alto, regalándoles la dulce sensación de calor en la piel, y parecía que nadie lograba apreciar eso más allá de sus compañeros de equipo.

Pero ver a Peggy de nuevo a través del vidrio, siendo tan hermosa y fuerte, le hizo sentir un escalofrío que recorrió hasta el último centímetro de su cuerpo. Tenía de nuevo la esperanza que ya había perdido, sentía su corazón palpitar con fuerza dentro de su pecho, ella era su oportunidad de tener todo aquello que siempre había soñado, ella era el amor de su vida, a quien siempre había amado. O eso quería decirse a sí mismo, pues según él nunca conoció ningún otro amor.

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Era hora de regresar a Peggy, de por fin tener la vida que siempre deseó, hora de volver a los tibios brazos de esa mujer que le daban cierta seguridad cuando se sentía decaído, hora de volver a casa donde pertenecía. Había entregado cada gema donde tenía que hacerlo y se encontraba escondido detrás de una puerta del que sabía era la habitación de su otro yo.

Estaba a punto de cambiar toda su historia y crear algo nuevo para él, algo feliz, con ese cambio que haría no habría un Steve Rogers joven en el futuro, volvería siendo su versión anciana, lo que él esperaba, envejecer junto a la persona que amaba porque el Capitán había llegado al punto donde no se sentía lleno con su presente, era como si algo faltara y su mente le decía que era Peggy, quien siempre llenó sus pensamientos desde que se toparon la primera vez, era algo lógico para él.

Su cerebro dejó de maquinar cuando observó al otro Steve entrar con la cabeza baja y un suspiro abandonó sus labios lleno del cansancio que él conocía mejor que nadie, cerró la puerta por donde había ingresado con una lentitud agobiante, casi como si no quisiera hacerlo del todo. Revolvió sus rubios cabellos con desesperación al mismo tiempo que se recostaba sobre su cama boca arriba, ese era el momento indicado para que comenzara el plan de su yo futuro, era el segundo que tenía que comenzar a actuar para poder tener esa vida con Carter, iba a decirle todo al otro Steve, le contaría lo que perdería y que lo evitara, pero antes de poder entrar a la habitación un movimiento ajeno lo dejó congelado en su lugar. El hombre recostado tenía un marco tomado con fuerza entre sus manos, con más fuerza de la que parecía necesaria, Steve estaba seguro que debía tratarse de una foto de Margaret.

Estaba equivocado.

Los puños se cerraron con más ímpetu sobre la gastada madera, algunas lágrimas se deslizaban por las mejillas de su otro yo, la fuerza ejercida provocó que el cristal se partiera haciendo caer pequeños trozos por sobre el rostro del hombre pero pareció no importarle.

—Perdóname.—Lo escuchó decir entre sollozos, ahora sacudía la foto para poder limpiarla, el resto del marco estaba tirado en el piso.—No pude salvarte, Bucky.

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