Capitulo 4

10 1 0
                                    


Algo cayó en su rostro y en su cuerpo también con textura fibrosa. Con esfuerzo separó los parpados y logró agarrar ese algo pero, no lo reconocía, era maleable y parecía resistente. Incorporándose, vio que el objeto llegaba desde la cima hasta su mano y pudo ver lo que entre sus manos se encontraba.

-Una...una cuerda- pensó. Su corazón empezó a latir. Esperanza recorrió todo su cuerpo como un choque de adrenalina pura. No podía perder esta oportunidad. Velozmente agarro la cuerda pasándola por todo su cuerpo, jalando un poco para ver que resistiera su peso y efectivamente lo hacía. No podía perder más tiempo. Subió un pie seguido del otro hasta poder sentir los rayos del sol.

-Por fin- pensó, si no hubiera gastado sus últimas lágrimas en el hoyo, seguramente una lagrima recorrería su rostro, para el chico era el momento más feliz de su vida pero, no era así.

En los cielos una paloma blanca surcaba los cielos. El joven sonrío.

- Gracias, amiga

Una mano apareció y el joven no pensó dos veces antes de tomarla, ayudando así, a salir del hoyo. Deslumbrado por la totalidad de los rayos solares empezó a seguir con la mirada el origen de la mano de su salvación. Empezó con la mano, fina y suave, sentía energía pura emanando del apretón de manos, calidez y pasión. Sintió lo mismo en su mejilla, la mano derecha de su rescate. Causó que el chico alzara la mirada. El chico no podía creer lo que sus ojos apreciaban, era hermosa. Pero había algo más, más allá de lo visible, que solo el alma puede apreciar cuanto está conectada. Lo sintió en el pecho, un golpe cálido y fuerte que decía: "Es ella". Otro golpe que le hablaba : "Tu tesoro" y otro que gritaba: "EL TESORO MÁS GRANDE DEL MUNDO".

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 28, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El mejor tesoro del mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora