contigo todo es diferente | myg.

IV.

— ¿Estas saliendo con Jimin y también con él? - le pregunté amenazantemente a Jihee a pesar de que fuera obvia la respuesta, ya que a la salida del centro comercial intercambiaba saliva con un sujeto que no era precisamente mi amigo.

— Y-yo-... he... - si nerviosismo la delataba.

— Eres una basura. - le dije con asco. - Jimin te quiere como no tienes idea y tú le haces esto.

— Cállate, eres la menos indicada para hablar. - se armó de valor. - Muchas cosas se dicen de ti. Muchos dicen verte visto pasar por su cama. - ella sabía que era más que falso.

— Di, escucha y habla lo que quieras. - la señale con mi dedo índice. - Pero si te acercas a Jimin será para comentarle lo sucedido con ese idiota. - moví mi cabeza señalando al chico a su lado, intimidado. - Si no yo misma me encargo de ti. - la mire fijamente. - Sabes que no estoy jugando.

— Yo no soy la que está tirando quince años de amistad a la basura. - dije segura mientras caminaba regreso al baño.

Deje caer mi ropa en el piso de la ya húmeda habitación para poder entrar a la regadera. Estuve dentro un buen rato hasta que creí que ya era hora de salir.

Rodee mi cuerpo con una blanca toalla para después anudar mi cabello en otra esperando que se secara.
Abrí el closet y giré mi mirada hacia el reloj que se encontraba en la mesa de noche... las siete con diez, aún tenía veinte minutos para llegar al partido.

— No necesito a Jimin, no necesito a nadie. - pensé orgullosa.

Volví mi mirada al closet y saqué la camiseta del equipo. Era color azul marino con líneas blancas. La giré viendo un gran número junto con el nombre de Hajoon.

— Creo que no podré usarla más. - musité al mismo tiempo que la dejaba caer al piso.

Una vez ya vestida deje mi cabello suelto, acomodándome recto el flequillo.

El maquillaje como siempre, solo que está vez agregando un poco más de delineador. Mire el reloj: 19:25. Wow, tiempo récord.

Tomé mi bolso y bajé con ligeros brincos las escaleras. Les avise a las de la limpieza que saldría, de todos modos le dejaría un recado -como siempre- a mi madre indicándole que salí.

Al salir por la puerta principal me encontré con Jimin recargado en su auto, mirando el piso.

Ignore su presencia y caminé hacia mi auto, que se encontraba hacia el lado contrario.

— Lo siento. - escuché detrás de mí mientras abría la puerta del auto. - No quise decir eso. - no estómago se estrujó al escucharlo. Él era la persona que más apreciaba en el mundo. Me hacía sentir apreciada, y que me haya hablado de ese modo me hirió.

— Pero lo hiciste, sabes lo importante que eres para mí y lo mucho que me duele que digas esas cosas.

— Jiyeon, en serio lo siento. Es que ella de verdad me importa. - si mirada me lo confirmaba.

— Y yo ya te lo dije; despreocúpate que yo en tu vida no me meteré más. - subí al auto y cerré la puerta. Fugazmente lo encendí y me puse en marcha.

Nunca me había molestado de este modo con él. Como todos los amigos habíamos tenido discusiones, pero nunca al grado de hacerme llorar.

Llegué al estacionamiento del campo donde sería el partido. Saqué el maquillaje de mi bolso y me lo retoqué utilizando el espejo retrovisor. Una vez lista suspiré y baje del auto.

Caminando hacia la entrada la fuerte música de la banda, junto a los gritos, llenaban el lugar. Entre y estaba repleto, seguramente estaría por comenzar.