"¿Qué estaba haciendo? ¿Reclamarle por haber coqueteado con otra persona? ¿Qué clase de chica hace eso con alguien que ni siquiera tiene una relación? Pero ahi estaba, delante de mí, se había arriesgado de nuevo para sacarme de las garras de Arsen...
¿En respuesta estoy siendo asi? ¿Y qué se suponía que hiciera? De verdad me sentía traicionada al ver que le había lanzado esa misma mirada a otra persona... ¿Estoy celosa?"
Ambos se quedaron en silencio, sonriendo un poco para dejar de lado esa conversación pues ninguna de las dos partes tenía el valor de profundizar el tema. Lo principal era retirarse de ese lugar y tenían que regresar rápido caminando antes de que anocheciera.
No volvieron a dirigirse la palabra en todo el camino, sin embargo sus manos rozaron un poco un par de ocasiones. Al llegar a la casa de Miila, extrañamente la tienda estaba abierta, pero las luces estaban apagadas y nadie estaba atendiendo, como si hubiese permanecido abierta desde que había luz de día.
Con prisa, la chica entró llamando a su abuela, sin recibir respuesta, empezando a preocuparse, recorrió toda la casa mientras Yedaky permanecía afuera esperándola.
Pasaron unos minutos y al ver que Miila no salía de la casa, Yedaky se arriesgó a entrar para buscarla, al entrar la encontró en medio de la sala, de pie, en silencio, la chica estaba tan impactada por todo lo que había pasado ese día y la ausencia de su abuela le había ocasionado una especie de shock.
-Miila... -Le dijo colocando la mano en su hombro. –¿Estás bien?
Al momento de escuchar su pregunta, Miila no soportó más, había estado guardando su sentimiento de tristeza desde el día que aceptó estar al lado de Arsen, pero el pensar en que algo le podía haber sucedido a su abuela la había quebrado por completo.
La reacción de Yedaky al verla rendirse, fue darle un abrazo, luego de sentir que Miila lo había aceptado, con cuidado la hizo girar para tenerla de frente y abrazarla nuevamente. Manteniéndose así unos segundos, Miila respiró profundo y finalmente pudo expresar palabra:
-Algo tuvo que haber sucedido, mi abuela no dejaría la tienda y la casa abiertas-.
- ¿Qué quieres hacer? ¿Vas a esperar a que regrese o tienes alguna idea de donde pueda estar para ir a buscarla? – Le respondió Yedaky demostrando su disposición a ayudarla.
Miila se separó de Yedaky y con mas calma miró alrededor, para darse cuenta de que todo estaba normal, no parecía haber señales de que alguien hubiese entrado a robar ni tampoco indicios de que algo violento hubiese sucedido dentro de la casa. Sin embargo, tanto el bolso como el teléfono de su abuela estaban a la vista, dándole a la chica un mal presentimiento pues le parecía muy extraño que su abuela saliera sin ellos. Sin responder todavía, la chica tomó el teléfono para revisar la última llamada y mensaje recibidos, no notando nada fuera de lo normal nuevamente.
-No estoy segura... -. Dijo Miila rompiendo el silencio tenso del lugar. -No debí seguir el juego de Arsen, he hablado tan poco con mi abuela últimamente que no tengo idea de a donde pudo haber ido-. Concluyó acercándose a la puerta principal.
Ambos salieron para recoger las cosas y cerrar la tienda, luego de colocar el candado, Miila agradeció a Yedaky su ayuda, dando a entender que ya podía retirarse, a lo cual Yedaky se negó.
-Te prometí que no iba a separarme de ti-. Exclamó intentando animarla. -La situación sería diferente si estuvieras ahora con tu abuela, pero no tengo intenciones de dejarte sola, ese patán podría volver por ti y no lo dejaré acercarse.
Miila se rio ocultando su sonrisa con la mano. -No puedo dejar que te quedes aquí. Si mi abuela te mira durmiendo dentro de la casa sería la peor primera impresión para alguien tan conservadora como ella-.
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Almas Paralelas
RomanceMiila ha llegado a un país dónde se encuentra sola, como una flor sin tierra, sin una identidad mantiene en su mente el sueño de convertirse en escritora, sin embargo el destino parece tenerle preparadas una serie de eventos que pondrán a prueba más...