Capítulo 11: Tenemos un acuerdo

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"Tenía tanto miedo de haber mentido, más de confesarlo ante mi abuela, aunque no fuí capaz de decirles toda la verdad, haberme liberado de un poco de esa culpa me había ayudado bastante... Enterarme del proceso de adopción en el que estoy ahora gracias a mi abuela, es increíble cuanto pueden cambiar las cosas en un sólo instante, tengo una mezcla de sentimientos, porque mi abuela tendrá que irse a la ciudad en cualquier momento...

Yedaky, como quisiera que estuvieras aqui..."

El maestro Kurai se levantó de su escritorio y se acercó a Miila, que aún estaba en los brazos de su abuela.

-Miila, te apuntaré mi número telefónico, llámame cuando te sientas lista para regresar a tomar clases o cuando necesites de mi ayuda- Le dijo mientras anotaba su contacto en un pedazo de papel.

Luego de tomarlo, Miila y su abuela agradecieron al maestro su ayuda y salieron caminando de la escuela, todo parecía diferente ahora para la joven, podía caminar sin bajar la cabeza, se sentía confiada y más segura que antes.

-Es hora de regresar a casa, Gary seguro va a regresar por más flores- expresó la anciana con buen ánimo -Además, debemos conseguirte un teléfono nuevo, no puedo dejarte sin uno-

-No te preocupes por eso, abuela, estoy segura de que el señor Gary me mantendrá al tanto, no quisiera que gastaras tu dinero en eso ahora que lo necesitas para tu tratamiento- Le respondió Miila mientras seguían caminando.

Al momento de divisar el árbol de jacaranda, inmediatamente la chica sintió algo, sin decir nada apresuró su paso en dirección al río.

-¿Miila, a donde vas?- Le gritó su abuela caminando detrás de ella.

Miila se deslizó por la vereda mientras su abuela bajó las escaleras, las dos estaban frente al árbol, pero la joven parecía estar buscando algo, su impulso le hizo caminar alrededor del lugar y su inquietud provocó curiosidad en su abuela.

-¿Qué estás buscando, hija? Si me lo dices tal vez pueda ayudarte- Le insistió la mujer.

Miila se detuvo luego de darse cuenta de que Yedaky no estaba ahi... En el fondo tenía la esperanza de encontrar al menos al gato que la había engañado ese día.

-Abuela, aquí fué donde conocí a Yedaky- Dijo sin voltear a ver a la anciana -Creí que si regresaba a este lugar, no sé... Tal vez estaría esperándome aquí- Concluyó con un aire de tristeza 

-¿Le echas de menos?- Preguntó la mujer a su nieta -Miila ¿Estás enamorada de Yedaky?-

Miila abrió los ojos y sorprendida no supo que responder, un rubor coloreó sus mejillas, sin saber como reaccionar a esa pregunta, se puso en cunclillas y cruzó los brazos apoyándolos en sus rodillas. 

En ese momento, un gato pardo saltó de un arbusto que estaba a la sombra del árbol, las dos mujeres se asustaron ante la aparición sorpresiva del animal, el cual se quedó frente a ellas moviendo la cola rápidamente.

Era el gato que estaba con Yedaky en aquella ocasión, Miila se acercó y luego de acariciar al felino un poco, sintió la confianza de sostenerlo.

-¿Es esto lo que estabas buscando?... creo que le has caído bien ¿Por qué no lo adoptas? Ahora que estés sola en casa estoy segura de que te hará bien tener compañía- Exclamó la anciana.

Miila se quedó observando al gato, este permanecía quieto en sus brazos, lamiéndo sus patas delanteras. Luego de pensarlo unos segundos, ella aceptó lo que le dijo su abuela.

A pesar de la buena noticia y de la aparente paz que había, Miila notó inquietud en su abuela, quizá temor o incertidumbre, ella intentaba con todas sus fuerzas mantenerse animada cuando le dirigía la palabra, al llegar a la casa, la mujer se sintió muy débil para trabajar en la tienda, Miila en respuesta se dispuso a atenderla el resto del día sin mencionar una palabra relacionada a su adopción o a Yedaky.

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