El gusano se deslizo sobre la piel tersa de aquella manzana, cuidaba muy bien de ella, porque era la más hermosas de todas.
Las manzanas proveían de aquel árbol grande y saludable que se encontraba en medio de un estanque, muchos animalitos deseaban la fruta que brotaba de tan hermoso árbol, pero aquel gusano era muy celoso y egoísta, ya que afirmaba que este fruto le pertenecía. Este gusano, aunque era muy pequeño no dejaba que nadie se acercara cuando una manzana caía del árbol diciendo así que era su comida, un día un halcón que venía de muy lejos se posó sobre el árbol sin darse cuenta que allí vivía el diminuto insecto.
Parecía ser un día común y corriente para el señor gusano, ya que como de costumbre, tomaba su siesta de la media tarde, sin percatarse de su nuevo visitante, el halcón gozaba de una dulce y jugosa manzana, cuando de repente fue sorprendido por una voz grotesca que le decía - ¿te atreves a robar mis manzanas? - el halcón, asustado miraba por todos lados para encontrar de dónde provenía aquella voz, y decidió preguntar... - ¿Quién anda ahí? ¿déjate ver? - ... El señor gusano muy ofendido y desconcertado le gritó; -¿¡Aquí abajo, acaso no me ves!?-
El halcón agachó la cabeza y soltó una fuerte y muy escandalosa carcajada; diciendo, -¿acaso quién eres tú para prohibirme que coma de tan delicioso manjar? - ¡soy el señor gusano el dueño y protector del árbol y sus frutos! - le respondió muy alterado y ofuscado -¿Quién te crees tú, para venir y comer de mis frutos, sin haber obtenido mi consentimiento? -
el halcón muy burlesco le dice: ¿Usted, tan pequeño insecto?, ¿Cómo puede hacerse cargo de un gigante y majestuoso árbol? ... - responde el señor gusano: ¿¡te atreves a reírte de mí, en mi propio hogar, yo quien desde siempre lo he habitado, cuidado y protegido de sus frutos durante toda mi vida!? - El halcón a lo largo de su viaje había recogido variedades de frutas, las cuales traía consigo en su mochila de viaje, al ver al gusano tan preocupado porque se le acababan sus manzanas, decide darle un racimo de uvas, un par de fresas, y un poco de vayas silvestres, el gusano muy asombrado y agradecido por el gesto del halcón, se disculpa por su actitud, y comparten juntos de un delicioso manjar, allí el halcón le cuenta historias sobre la importancia de compartir nuestras cosas con los animales vecinos, el gusano muy conmovido, da paso a todos los animales del estanque, para ofrecer una disculpa por sus malos tratos y pésima actitud, dando así a cada uno de los animales una deliciosa y jugosa manzana, mientras tanto, él disfrutaba de aquel detalle que tuvo su nuevo amigo el halcón.
Con el pasar de los días todos los animales, ayudaban a cuidar y proteger cada uno de los árboles del estanque, y sin falta cada uno de ellos pasaba por una roja y perfecta manzana antes de que el halcón y el señor gusano tomara su siesta de la media tarde.

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EJERCICIO #04
Historia CortaCompartir lo que tenemos en abundancia, enriquece nuestro ser, alma y personalidad...