❤primer libro de mi cuenta nueva❤
un libro de historias cortas que demuestran lo fea y cruda que puede ser la vida desde diferentes ángulos ,en donde la fe no existe...
Un hecho que marco mi vida para siempre, sucedió durante el verano del 87, yo tendría unos 8 años y mi hermano Daniel tenía 6 años, era verano y como mis padres trabajaban no podían encargarse de nosotros , nos enviaban a casa de mi abuela , ella tenía un gran terreno muy cerca de un ejido en Altamira llamado Lomas del Real, mi abuela criaba cerdos y pollos, nunca tuvo problemas en recibirnos pero no nos atendía y se desentendía de nosotros, casi siempre estaba ocupada atendiendo a los animales, en cierta forma nos agradaba aquello, hacíamos lo que queríamos, la única regla era que no podíamos alejarnos de la propiedad y no salir de los límites de la misma, eran terrenos casi deshabitados y había vecinos a lo lejos.
Nuestra rutina era levantarnos con el canto de los gallos, desayunar y alimentar a los pollos, después de eso, éramos libres, jugábamos con el perro, en una llanta que teníamos de columpio y a las escondidas, sin embargo pronto nos aburrimos, conforme pasaban los días, nuestros recorridos eran más lejos de la casa, a los límites de la propiedad, fue entonces que en una de esas incursiones descubrimos a lo lejos en un terreno vecino, una vieja casa de madera, estaba abandonada, las ventanas tapiadas y completamente "enmontado".
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La tentación por ir a aquel lugar fue abruptamente disuelta por el llamado de la abuela que nos mandaba llamar a lo lejos, regresamos esperando un regaño y nos lavamos para merendar, esa noche recuerdo que mi hermano y yo hablábamos de la casa abandonada, nos parecía un gran misterio y nuestra curiosidad aunada a un aburrimiento y ganas de aventuras nos obligaba a ir a aquel sitio y explorar, a pesar de la advertencia y la reprimenda de nuestra abuela.
El día siguiente paso lento y planeábamos visitar la casa, al caer la tarde cuando la abuela estuviera muy ocupada alimentando a los cerdos, al llegar el momento, inventamos el pretexto de ir a sacar agua a un pozo, vigilamos que estuviera distraída y corrimos a la cerca, pasamos por debajo de la alambrada y nos metimos con trabajo entre la mala hierba crecida, llegamos a la parte trasera de la casa abandonada, en donde había una vieja letrina. Notamos que a pesar de ser muy tarde estaba todo en silencio, algo raro ya que a esas horas escuchabas el graznido de los cuervos y aves que regresaban a las ramas de los árboles para pasar la noche, no se escuchaban ni siquiera grillos en el ambiente. Con ese silencio los nervios me invadieron y note que algo no estaba bien.
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