Su espalda impacto contra su automóvil, sus labios fueron devorados con pasión y con dificultad quitó el seguro con el control en su bolsillo, Tae abrió la puerta atrayéndole a su cuerpo y le ayudo a entrar a la parte trasera. Cayeron sobre los asientos y entonces luego de un beso demandante se separaron para cerrar la puerta y acomodarse, el silencio reino por un momento, estaban llevando las cosas demasiado rápido, Tae le miró sentado allí con la respiración agitada, se había vuelto tímido y eso cautivo a SeokJin aun más.
— Quiero verlo directamente... — Soltó el menor alcanzando la mano ajena, SeokJin se sonrojo y asintió avergonzado.
Eso era algo íntimo entre amantes, algo que ellos estaban a punto de hacer apenas confesarse, la oscuridad les beneficiaba y entonces SeokJin se acomodó apoyando parte de su peso en la puerta, subió sus piernas al asiento y dejó que V se posicionara entre ellas.
— Taehyung... — Le llamó avergonzado acariciando la mano del menor que sujetaba su cintura, V sonrió y entonces deslizó sus manos para comenzar a desabotonar aquella camisa oscura, aquel brillo quedó al descubierto, el pecho desnudo de Jin subía y bajaba ansioso deleitando aún más a Tae. Acaricio las costillas con sus dedos maravillado con el brillo de su corazón, bajo metiendo su dedo índice en el ombligo donde la luz era mucho más tenue, Jin se estremeció y tembló cuando le recorrió con la yema de sus dedos su piel hasta el centro de su pecho.
— Estás completamente expuesto. — Pronunció para sujetarle por debajo de las axilas con sus pulgares delineando sus pectorales y acariciando sus pezones. — La luna se pondrá celosa de tu brillo, ahora eres como una estrella desafiándole... — Soltó el menor haciendo jadear al mayor, oyendo ese cuento en un contexto completamente diferente a la primera vez, lo conocía de memoria.
— No digas cosas como esas! — Se quejó para tirar de la ropa ajena, Tae se quitó la parte superior. Sus cabellos estaban ahora desordenados y su mirada felina se reflejó sobre los ojos ajenos, el azul de sus pupilas brillaba al reflejar la luz entonces se perdió en un beso lento y tierno que le empalago, el calor era desbordante pero no pasó a más que ellos dos quedándose abrazados. — Te quiero... — Soltó el mayor recorriendo esa espalda desnuda nunca creyó que estaría con ese chico de esa forma, se había enamorado de él la primera vez que le vio de casualidad y aún si se sintió desalentado por la actitud ajena hacía él en el pasado todo había valido la pena.
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