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Santa y reverenda mierda.
Pensó en sacar su lista de insultos mientras era penetrado de manera lenta. Sus manos se empuñan las sabanas mientras un gemido mezclado de placer y dolor se hacía presente en la habitación. –Así que.. ah.... esto.. ahh. S..sientes– jadeó excitado mientras sentía como la virilidad de su pareja se abría paso en su interior. Mierda lo estaba disfrutando con todo y dolor de por medio, lo encontraba erótico hasta cierto punto.

Peter cierra sus ojos quedándose unos segundos estático respirando pesado, es una estatua de momento dejando que el cuerpo ajeno se amolde; claro que no portaba el tamaño o grosor de su hombre, pero no era algo sin chiste entre sus piernas. Se mueve lentamente esperando que se acostumbre y que el dolor pasea placer durante la marcha, esta tan dispuesto a parar en ese jodido momento; ligeramente poco a poco se iba abriendo dentro de él, jadeaba o gemía por debajo por la estrechez de su amante, su mano vaga por la espalda, sus glúteos hasta sus piernas mientras con una se sostiene de su cadera. No hay neurona disponible para responder.

–Oh por la... Nhg– sus gemidos se hacían presente en el momento que las embestidas empezaron, y eso que empezó lento.

Sonríe de lado, era tan curioso absolutamente todo, empuja hacia adentro su longitud era una sensación sofocante que pronto le haría venirse –vaya sorpresa ¿no?– Realmente quiere reír ante tanto improperios que suelta su hombre, por qué son más que cuando el platinado está siendo penetrado, la satisfacción era grande al saber que le estaba gustando, aunque no lo admitiera podía verlo y sentirlo, quería el placer absoluto de su amante. Menea sus caderas poco a poco, buscando aquel punto donde el castaño le hacía ver y casi tocar el cielo; gime a la par de su hombre, guía la mano nuevamente a la dura longitud acariciando y torturando un poco más lento que sus embestidas, las cuales comienzan a tomar un ritmo más ágil y desvariado, las infinitas sensaciones por sus fibras nerviosas viajan de golpe, rápido como el caudal de un río.
Las marcas de sus manos o cualquiera que él le produjera desaparecerían por segundos a diferencia de él que se quedaban por casi un día antes de desaparecer, quería marcarlo y que todos supieran que él era suyo, totalmente suyo, era muy significante aquel acto pese a la pequeña fantasía lujuriosa del menor.

Gimió alto y sin pensar. La sensación de tener el miembro de Peter abriendo paso en su interior. Joder, sentía demasiado placer.
–¡Maldición...! ahhh.. es una joda... No te atrevas. ahhh mhg.. ahhg parar— menciona entre gemidos y pequeños gruñidos ¿Cuándo se había vuelto un desastre? intenta controlar los pequeños gemidos que brotaban de sus labios, pero no podía. No resistía ante el placer brindado. Su velocista había encontrado su aquel punto que lo hizo gemir más alto y alzando sus caderas para recibir mayor placer en cada estocada.

Las manos ágiles del joven aumentan el placer para el mayor. Acariciando cada punto sensible en su cuerpo hasta llegar a su miembro. Al sentir la mano firme y suave de su pareja alrededor de su pene erecto no pudo evitar gemir ronco mientras apoyaba la parte inferior de su cuerpo en la cama dejando, para su total asombro, que Peter hiciera lo que quisiera con él y su retaguardia. Su miembro exigía ser atendido y la mano de su pareja extendió sus sutiles vaivenes, comenzando un bombeo rítmico junto a las embestidas que le proporcionaba el platinado.

— MIERDA PETER AHHH...— estaba jodido, jodido, jodido.

El torturado era el plateado ya que su cálido interior lo apretaba demasiado simplemente no estaba acostumbrado, su respiración cada vez era pesada, repartiendo caricias por doquier, se inclina metiendo todo su pene dentro del castaño moviendo con la misma velocidad tratando de rozar siempre su próstata mientras besaba donde pudiese, teniendo cuidado de no lastimarlo.

EL PARAISO; era lo único que podía pensar el mayor al sentir como el menor arremetía en cada embestida contra su próstata, sintiendo ese punto tan delirante de placer. Sus gemidos no eran nada discretos y sus gruñidos eran apenas escuchado, nunca creyó que estar experimentando esta nueva posición junto a su pareja podía ser más que placentera, pero con el menor todo era placentero.

Sabía que pronto llegaría al orgasmo de ambos, mueve más rápido sus caderas contra él y el sonido sucio de sus pieles se hace notar entre los dulces y decentes gemidos o malas palabras de su amante; ligeramente hace presión en la punto como en el resto de tronco del mutante, sólo esperaba que no le salieran las garras porque tenderían que comprar un colchón nuevo.
De sus labios solo salían palabras obscenas mientras le pedía entre gemidos por más -aun con su orgullo cabe mencionar- se aferraba a las sabanas como si su vida dependiera de ello; mientras Pietro toma con fuerza su cintura y torturaba deliciosamente su miembro ante la masturbación constante a las embestidas, con todo auto control para evitar que sus garras salieran y destrozara la cama.
–Joder... Peter ...– gimió de placer cuando sintió como llegaba al clímax depositando toda su esencia en la mano de su mocoso se dejó caer en la cama tratando de regular su respiración.

Era una de las mejores experiencias y noches de Peter, sin duda alguna por qué varias anteriores eran con su amado Logos u otras que no mencionaría. Se permite liberarse dentro de él cuando algo ya conocido yace pegajoso semi líquido en su mano, se recarga un poco de en su espalda con la respiración agitada la sensación de calor y cosquilleo aún lo tiene aturdido está seguro que ha durado unos segundos más que otras veces. Sale de su interior y se acurruca con él
–¡Mierda! Cómo te amo– exclamó con felicidad que irradia su sonrisa.

Más te vale amarme Mocoso... Porque yo lo hago– sonríe levemente antes de girar con cuidado y abrazar por la cintura a su pareja dándole un beso en los labios mientras el otro acariciaba su rostro con mero cariño.













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¡Lo publicamos ya casi hace dos años! ¿Cuánto tiempo, no? 

Llegamos al final. Nos ha encantado que nos hayas leído hasta aquí, fue tremendamente maravilloso y emocionante escribirlo, siempre con mucho amor, diversión al escribir para deleite nuestro, tuyo. Esperamos seguir viéndoles comentar y darnos todo el apoyo que hemos recibido de su parte, nos hace sentir muy bien. ¡Gracias!

Con amor.

-L&P. 

LoganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora