Capítulo 3: desengaño

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--"Vamos Kaname hazlo más fuerte... ahh, ahh... así... dame más... más duro... sí, sí ¡Sí, así!... penétrame más fuerte, más rápido... tu pene me vuelve loca... ahh, ahh, ahh ¡AHH, AHH, KANAME!" Esos fueron los gritos y gemidos de Yuki tras las estocadas de Kaname.

Hacía un año que estaban casados. Para Yuki la vida era rosa, se sentía realmente feliz porque pensaba que Kaname estaba enamorado de ella. Siempre fantasiaba con tener hijos, formar una gran familia y vivir para siempre juntos. Mientras que para Kaname ese matrimonio era un suplicio que podría compararse con vivir una vida de sufrimiento eterno en el infierno. El simple hecho de hacerle el amor le daba asco. Es más, cada vez que tenían sexo él se imaginaba penetrando y besando a Hana, su primera esposa. La verdad es que Kaname no amaba a Yuki, nunca la amó, y nunca iba a amarla, sólo la utilizaba para cumplir sus objetivos.

--"¿Qué te ocurre querido? Te noto algo distante", pregunta una preocupada Yuki

--"No es nada Yuki, sólo duérmete. Estoy cansado. No te preocupes, mañana seguramente estaré mejor", contesta un indiferente Kaname.

Tras escuchar esas palabras Yuki se duerme despreocupada. Kaname espera que se duerma profundamente, tras lo cual procede a levantarse de la cama e ir al sótano de la mansión. La única manera de llegar a ese sótano es mediante un pasadizo secreto que se halla en la biblioteca. Una vez dentro, Kaname toma una lámpara roja y comienza a frotarla. De repente humo y fuego salen y se hace presente un genio shayteen. Esta clase de genios son malvados y muy poderosos: son capaces de producir enfermedades y causar la muerte de los seres humanos sólo por diversión, aunque no sacan ningún provecho de ello, ya que al estar condenados por Dios no tienen esperanza de salvación, así que, a diferencia de los shinigamis que pueden quedarse con los años de vida de los humanos que matan, estos genios están condenados a desaparecer paulatinamente, por lo que tratan de hacer sufrir al mayor número de seres antes de morir (quieren que todos compartan su mismo destino). Pero a pesar de ser fuertes pueden ser controlados por hechiceros muy poderosos. Casualmente, la hechicera que pudo controlar a este shayteen hace siglos fue la esposa de Kaname.

--"Dime genio ¿cuándo podré volver a ver a mi amada esposa? Se supone que el maleficio lo permitiría pero no estoy viendo ningún resultado", dijo Kaname con cierto enojo.

--"No me hagas enojar vampiro, o te prometo que la pondré a dormir por un milenio", dijo el genio en tono desafiante y prosiguió: "A mí vas a respetarme idiota". Y tras lanzar un suspiro dijo: "Todavía no comprendo qué es lo que vio mi señora en ti, creo que ese día había bebido demasiado" -lanzó una carcajada y utilizó un tono burlón e irónico-. "En fin, contestando a tu pregunta, idiota, el maleficio tarda un día en hacer efecto, o sea que mañana despertará".

--"Más vale que tengas razón... No veo la hora de que recupere sus recuerdos". Kaname lanzó un suspiro y continuó: "Quiero que me recuerde, en verdad lo necesito, ya no puedo vivir sin ella... Y estoy harto de este infierno, ya me cansé de aguantar a está niña tonta y malcriada"

--"No seas iracundo vampiro, la niña tonta y malcriada es necesaria para el plan, así que tendrás que soportarla te guste o no".

--"¡Ya lo sé, no soy estúpido!" -dijo Kaname

--"Pues no parece" -le responde el genio

--"¡Callate!" -dijo el vampiro, notablemente enojado.

El genio volvió a entrar a la lámpara y dejó a Kaname solo con sus pensamientos, por un lado tenía un anhelo terrible por volver a ver a su queridísima esposa, pero por el otro sentía miedo por lo que pudiera pasar.

--"Si tan sólo no hubieran puesto el corazón de Cordelia en su cuerpo" -pensó.

Mientras tanto, en la academia Kross Emma y Kaien trataban de pensar qué hacer. La joven tenía una difícil tarea por delante: no sólo debía despertar a Yui y dasatarla de su maleficio, sino que además debía asistir al cumpleaños de su madrastra en un hotel de lujo. Allí se encontraría con todos sus hermanastros y no podía levantar sospechas. A eso debía sumarle que los Mukamis y Sakamakis de seguro la buscarían por la desaparición de Yui. También, tenía que encontrar Zero para ponerlo al tanto de lo sucedido. Ambos tendrán que luchar por proteger a sus seres amados y no dejar que los vampiros se salgan con la suya.

Engaños de VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora