Abundance (Murlendez)

Primera parte: Impulsos

Abundance

Por ToxicLaughter

Traducción: Alyssa S.

Enlace al original: https://archiveofourown.org/works/14329296

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Primera parte:

Impulsos

Cenizas cayeron de la punta de su cigarrillo al suelo de una forma menos qué elegante. Antes que fuera despedido y le retiraran la licencia para ejercer, había odiado siquiera la idea de fumar. Pero ahora que tenía tan poco para vivir, ¿a quién le importaba lo que le sucedía a sus pulmones?

Lo habían despedido por 'una considerable cantidad de inexplicables muertes durante sus operaciones'. En otras palabras, por matar a muchas personas bajo la imagen de un cirujano. Estaba decepcionado qué no lo hayan descubierto antes. Después de casi quince años de rasgar una arteria equivocada por ahí, cortar un órgano vital por allá. Incluso, una vez había cortado el corazón de alguien y con la misma cerró su pecho. Nadie se había dado cuenta.

Creía qué todo era culpa de Glassman. Aaron Glassman había sentido que algo estaba mal y no podía entender qué era. Así que lo dejaron ir. Le arrebataron su licencia medica y su nombre fue puesto junto a otros en la pequeña lista negra de aquellos médicos qué ya no se le permitían practicar.

Casi inmediatamente después habían contratado a un nuevo médico para cubrirlo. Su nombre era Coyle y conocía toda la historia sobre ese hombre. Era bastante coquetón y demasiado agradable, en especial con el personal femenino. Neil era un asesino sí, pero no un pervertido. No toleraría que sus residentes tengan que pasar por esa falta de respeto. La muerte de Coyle sería escandalosa, pero nadie lo echaría de menos.

Era la primera vez que mataría a alguien fuera del hospital y sus manos ya temblaban de emoción. No podía esperar a poner sus manos alrededor de la garganta de Coyle y apretarlas.

Claire venía saliendo del hospital, todavía en su uniforme, con Jared a su lado. Se veían miserables, tal y como pensó que estarían. Ella agitaba su mano mientras hablaba con Jared. Una cabeza, sin embargo, sobresalió entre ellos, con castaño cabello rizado; este también llevaba puesta una bata. Neil se preguntó si se había contratado a un nuevo residente. Recordó que Glassman discutía sobre un nuevo residente meses antes de que lo despidieran, pero nada había quedado resuelto.

Sus dos antiguos residentes parecían conocerlo y charlaron con él durante un rato suficiente corto hasta dejarlo en la parada de autobús. Neil miró a su alrededor, no había muchas personas fuera. Su mirada regresó hacia Claire y Jared quienes se dirigían al estacionamiento.

Esperó unos minutos más, mirando al hospital y esperando ver salir a Coyle, pero se aburrió. Sus manos ya estaban quietas y casi toda la adrenalina se había ido. Y eso no era bueno. Frotó su boca, soltando una maldición para sí antes de dirigirse a su coche. Estaba a punto de alejarse del lugar cuando su ojo notó al joven residente sentado en la parada de autobús, quien empezaba a mostrarse preocupado. Neil miró su reloj: nueve y media.

El autobús llegaba tarde. Neil tuvo una pequeña lucha interna. Este chico probablemente no merecía morir, pero tampoco muchos de sus pacientes. Además, Coyle no estaba aquí para perecer y el chico era un blanco fácil.

Se detuvo justo frente a la parada del autobús, con las manos temblantes una vez más, y bajó el cristal de su ventana.

—¿Necesitas un aventón?