Una mente negativa nunca te dará una vida positiva— Anónimo.
Brian.
Nunca había entendido en porque el odio de mi padre hacia nosotros, se supone que un padre ama y protege a sus hijos... el mío, era muy diferente al resto, recuerdo que cuando era chico solía golpearme hasta quedar sin fuerzas, me gritaba cosas espantosas que de alguno u otra forma me dejaron marcado.
Will y yo éramos unos errores que jamás deberían existir, que solo habías nacido para joderle la vida, y eso no los recordaba todos los días. Cuando llegaba a la casa borracho perdía el control, y tocaba a mi madre a las fuerzas, era un niño, pero no era estúpido. Sabia a la perfección que el abusaba de ella, y ella acedia para no recibir maltrato, aun que eso era demasiado.
Siempre me preguntaba por qué no lo denunciaba, ¿O es que acaso le gustaba? Mi mama siempre fue una mujer fuerte, cuando solo nos encontrábamos nosotros era la mujer más linda y comprensiva del mundo, y me preguntaba como mi padre nunca supo valorarla.
Conformé pasaba el tiempo todo iba empeorando, mi padre nunca llevaba el sustento para la casa, no había nada para ingerir, y si en algún momento hubo algo siempre ponía a Will delante de mí, para ese entonces el tenia como doce años. Recuerdo los días en que me preguntaba "¿Tu no vas a comer?"
Pero mi amor era mucho más grande que el hambre a sí que solo contestaba.
"Yo no tengo hambre"
Ver a Will crecer y ver que no asistía a clases, y no tenía una vida saludable sin duda me molestaba, en el fondo deseaba que él no tuviera el mismo destino que yo, cuando tenía quince años comencé a trabajar en un restaurante de tiempo completo, la paga no era buena pero me alcanzaba para pagar mis estudios, al igual que mi madre trabajada día y noche, yo también lo hacía.
Afortunadamente Will era muy bueno en experimentos, es descubrir cosas, algo bueno del cual fue de mucha ayuda ya que por ese motivo tuvo la oportunidad de entrar a una escuela privada en Inglaterra, del cual contaba con un noventa por ciento de ella, claramente estaba pagada. El otro por ciento solo era mantenimiento, la escuela le proporcionaba todo, hasta comida, libros, alojo, hasta ropa. Mi padre se molesto mucho por esa decisión, según él la vida ricos nos aria cambiar de mentalidad. El siempre decía que debíamos confórmanos con lo que teníamos, pero mi mentalidad para ese entonces era muy distinta.
Cuando quieres algo debemos luchar por él, que lo poco que tenemos es algo que nos ayuda a sobrevivir, pero no debemos confórmanos con poco. Debemos salir y buscar más oportunidades, pero solo se puede salir adelante si tú quieres y puedes, las oportunidades no van a llegar a tocarte la puerta de tu casa, tú debes buscarla. Mucho menos quieras comenzar desde arriba, no, claro que no. Se comienza desde abajo, aprender mas de lo que te gusta, y son experiencias que de una u otra forma de ayudan a transformarte como ser humano.
Mientras yo cursaba la preparatoria en ese entonces conocí muchas personas, yo asistí a una escuela pública, donde también me rencontré con viejas amistades. Ethan...
Conocí a Ethan cuando íbamos en la primaria, el siempre ha tenido una estabilidad de economía muy alta, y cuando lo conocí me parecía absurdo que un niño como él fuera a la misma escuela que yo. Era muy tímido, todos sabíamos que sus padres tenían dinero, un motivo por el cual nadie quería hablarle, todos lo tachaban de ser un niño mimado, y presumido. Pero nunca fui de las personas que juzgan a las personas, a si que fue el primero que me acerque hablarle.
El segundo motivo era que creían que era gay, Ethan siempre fue de querer juntarse siempre con las niñas, y en esa edad para nosotros los convertían en gay. Le hicieron una broma en sexo grado, una del cual no podre olvidarme. Tuve que ayudarlo ya que dudaba que alguien lo hiciera.
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HELL
Teen FictionNo siempre somos lo que aparentamos ser. No esperes que todo sea color de rosa, cuando mi color favorito es el negro》Brian : Portadas Cover