Se encontraba tumbada en el piso. No recordaba lo que estaba haciendo ahí. Además ese lugar era muy pequeño y oscuro. De pronto, una pequeña figura fue abriendo la puerta poco a poco, pero ella sólo podía ver su silueta sin encontrarle forma alguna.
Intentó levantarse, pero no podía, sintió una punzada en el corazón y fue cuando se dio cuenta que al costado tenía una mancha roja expandiéndose.
La silueta se acercó y antes de morir, se reveló una cara que ella conocía muy bien.