4. Personas y reptiles.

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Las personas me asustan. Los reptiles aún más. Son tenebrosos, me disgustan, quisiera no tener que verlos. Ahora, el sólo pensar que puede existir un reptil que se asemeja a una persona me deja pavorosa.

Trato de no temblar cuando corro la cortina de la ventana para saber que hay afuera, aunque en el fondo no necesito preguntármelo. Lo primero que veré serán cientos de reptiles caminando en dos patas, como si estuvieran en alguna clase de ejército. El cielo al fondo, se ve naranja y no puedo ver a otra persona.

Al final, mi corazón se acelera al ver que uno de esos monstruos voltea hacia mi dirección y aunque siento que fui lo suficientemente rápida para esconderme, de seguro él lo ha sido más. Sólo cierro los ojos para enfrentar mi destino.

Sueños y pesadillasWhere stories live. Discover now