Dione.

Estado de descomposición I.

28 de julio

de: Samm

Para: Edson

Querido hijo, de aseguro te sorprenderá que envié este mensaje por escrito, lamento no haberlo mandado por correo, sabes que los servicios han colapsado ,te hablaba para decirte que no podremos salir de aquí, el gobierno levanto una cuarentena obligatoria para toda la costa este, y pensábamos si podías venir hasta acá, mis padres tienen una isla en tampa, tal vez ahí podremos vivir en paz por un tiempo.
Ojala nos escuches hijo, lamento todo lo que has pasado.

ATTE mama.

Mi madre me había enviado una carta hace 3 días, tiene tiempo que no le he visto desde que ingrese obligatoriamente al ejercito para la defensa de la nación.
Ahora mismo me encontraba en un avión de la marina, en dirección a al Aeropuerto Santa Lucia en Ciudad de México, llevo 2 días sin comer nada.
Parece que ya hemos aterrizado, baje de manera inmediata, tome mi armamento y toda la escolta avanzo, aun no tenia ni idea de por que estábamos aquí.
Nos dispersamos por diversas zonas de la capital, la gente estaba de ocio, era un viernes por la tarde, un clima cálido. Pasamos varias horas rondando por las calles, pero no sabíamos que buscábamos nos habían indicado que solo estemos listos.
Me acerque a una hermosa plaza, un lugar tranquilo, y observe a una madre y su hija, juntas subiendo las escaleras de un pequeño edificio, las 2 parecían muy entusiasmadas, esto me dio un sentimiento de nostalgia, no he convivido de esa manera con mi familia, siento que la he tratado mal.
Preste mas atención a la escena, tenia sueño y hambre, no podía mas.
Poco a poco, empece a cerrar mis pestañas, el sueño se apoderaba de mi mente, varias patrullas avanzaron rápidamente, me hizo despertar de manera inmediata.
— !Muévanse, ya¡ — Menciono por la radio el coronel, pareciese frustrado.
Empece a seguir a los demás, no pude contener la ansiedad, tan solo había avanzado 3 metros, sentí que no debía dejar esta plaza.
En ese momento, llegaron unas caravanas y camiones semidestruidos, en todas sus partes tenían un escudo extraño , igual al de los demás sucesos en toda Latinoamericana, empezaron a bajar varios sujetos con armas y mascaras, sabia que vendría lo peor.
Corrí hacia un punto estratégico, mis demás compañeros lo hicieron también, había iniciado un atentado, los sujetos empezaron a disparar contra los civiles otros utilizaron machetes y degollaron mucha gente, la escena era horrible.
— Apunten hacia las caravanas — El coronel nos había indicado una orden.
Disparamos hacia los tanques de gasolina, logrando una reacción en cadena.
Pero fue inútil, se habían percatado que estábamos ahí, así que respondieron con un lanzacohetes.
— !Apártense de ahí¡ —
Ali lo mas rápido que pude, el primer impacto iba dirigido hacia aquel edificio, donde estaban la madre y su hija.
Entre los gritos y disparos, me abalance por debajo de una camioneta.
Estaba aterrado, no podía dejar de mirar a todos lados por temor a que me encontraran, mis demás compañeros han muerto.
Llegaron 4 trailers , observe que empezaban a subir restos y cadáveres de varios civiles, solo recogían a las mujeres y niños.
Mas horrorizado quede cuando presencie una facción antropófaga.