Untitled part

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Con 18 años salí de una relación tormentosa, la primera, donde la chica a la que amaba me trataba como un jugueta al que poder romper y usar cuando quisiera, el maltrato psicológico ya era algo habitual al igual que los desprecios y las vejaciones, estaba sumido en un pensamiento donde yo merecía todo aquello y era normal que ella me tratase así.

Al final por suerte, conoció a otro chico y a mi me dejó por el, en aquel momento estaba hundido pero lo que no sabía es que había recuperado lo más importante, mi vida.

Después de aquello me volví una persona más cerrada, no dejaba a nadie entrar en mi vida, no hablaba con nadie de mis problemas, no podía permitirme en enamorarme de otra persona y pasar de nuevo por el mismo infierno, estaba en una caja donde yo mismo me había encerrado y había tirado la llave, hasta que apareció ella.

La primera chica de la que me enamoré y acabé alejando por ser un completo gilipollas había aparecido a mi vida de nuevo 6 años después, intentó ayudarme y me mostraba su continuo apoyo pero yo no me dejaba, como dije antes, no me podía permitir el abrirme con nadie y que usaran eso en mi contra, al final, eso la alejaría como alejo a tanta gente, pero me sorprendió que hizo todo lo contrario, cuanto más la quería fuera más entraba, cuanto peor me portaba con ella más grande se le hacía la sonrisa, no tiró la tohalla conmigo por que para ella, merecía la pena que el chico que ella conoció volviera.

Transcurrieron los meses con el mismo tira y afloja, aunque ya ese tira y afloja solo existía en mi mente, había conseguido derribar mis muros sin yo si quiera saberlo y ahí me encontraba de nuevo, enamorado de mi primer amor que aún sabiendo como era núnca me dejó de lado y lucho por mi cuando nadie lo había hecho.

Ella me enseño lo que era el verdadero amor, sin egoismo, con libertades, confiar en la otra persona, en entender lo que era compartir tu vida con otra persona, que con la persona que yo me topé no era lo habitual, me enseño de nuevo a confiar en alguien, en resumidas cuentas, me volvió a dar la vida.

El tiempo pasaba y yo era la persona más felíz del mundo, tenía un buen trabajo que me encantaba, tenía a una persona maravillosa al lado, todo iba bien con mi familia, estaba haciendo nuevas amistades y vendría entonces una buena noticia, se había quedado embarazada, para nada se buscaba eso, se tomaban precauciones pero al parecer, fallaron.

Tuvimos una discusión por que ella quería tenerlo pero yo no estaba seguro, teníamos 20 años, toda la vida por delante y un hijo a esa edad nos iba a quitar muchas libertades, recuerdo como me miró a los ojos y me dijo que lo que teníamos no cambiaría.

Y que coño, siempre tuve ilusión de formar una familia, no era la edad que yo esperaba pero iba a tener un hijo con la persona que más amaba y de verdad, no podía estar más feliz, pero esa felicidad no duraría mucho.

A los 2 meses decidí un día salir de fiesta con mis amigos, la noche transcurrió bien, llevaba mucho tiempo sin beber alcohol pero como decía un amigo, una vez al año no hace daño, no tenía como volver a casa así que decidí llamar a mi novia para que viniera a por mi y esa acción, es la que perseguirá por siempre.

Al volver los dos a casa un coche invadió el carril y chocó de frente contra nosotros, no recuerdo mucho, ni tampoco quiero hacerlo, lo único que pude ver fue a mi novia, a mi gran amor, sin vida en el asiento del conductor, recuerdo apartarle el pelo de la cara, acariciarle esos mofletes que tanto me gustaban, recuerdo decir su nombre y también recuerdo no recibir respuesta.

Desperté en el hospital con 2 costillas fisuradas, un hombre dislocado y una conmoción cerebral, pero lo que no salían en las pruebas era que yo por dentro estaba muerto. Un día lo tenía todo y al siguiente no tenía nada, lo había perdido todo.

Borré todo lo acontecido de mi mente, no quería aceptar lo que había pasado, no quería aceptar que había perdido a la mejor persona del mundo y mi hijo o hija, no quería llorar, no quería sufrir y por esa negación es cuando empecé a hundirme en el fango, empecé la que sería la etapa más oscura de mi vida.

Empecé a beber mucho, hasta emborracharme, eso hacía que no pensara en lo acontecido, pero había un problema, que la borrachera acababa y llegaba el bajón así que el siguiente paso que dar era facil, cuando la borrachera se pasaba me metía cocaina para evitar el bajón.

Mis días se resumían en levantarme donde fuese, emborracharme, drogarme y dormir. Pero eso tampoco era suficiente, los sentimientos de culpabilidad me invadían y lo único que pasaba por mi mente era la misma pregunta, ¿por qué no morí yo?. Se repetía una y otra vez, ahí fue cuando di un pasito más, me emborrachaba, me drogaba y buscaba pelea con la esperanza de recibir un mal golpe o toparme con alguien que acabase con mi vida.

No siempre había peleas así que tenía que buscarme otro entrenimiento, jugar con las personas, la gente decía que entendía mi dolor, eso me llenaba de ira, como vas a entender algo que no has vivido, así que encontré otra manera de evadirme, chica que se acercaba a mi con buena intención chica con la que jugaba.

Eran mis juguetes como yo una vez lo fui, las llenaba de ilusión para luego romperlas, la manipulación siempre fue mi fuerte asi que era muy sencillo el que cayeran en mi juego.

Esta nueva vida se prolongó durante 3 o 4 meses, no lo recuerdo, un día, como era habitual en mi, estaba durmiendo cuando mi madre me despertó, era una persona cabreada con el mundo, lleno de ira y encima, me despertaban después de llevar un par de horas durmiendo, era mi madre, me quería decir que había venido del médico, dejame dormir en paz le conteste, insistió, le dije que se muriese, acto seguido me dijo que le habían detectado un cancer.

Volví a sentir lo mismo que cuando estaba en el hospital, nada, estaba vacio por dentro, no reaccione, no dije nada, me quedé mirando el techo sin saber que decir, sin saber que pensar.

Llegó la noche de ese mismo día y salí como siempre, a emborracharme, a drogarme, a pelearme y a detrozar personas, pero algo había cambiado, todo había cambiado y ahí fue cuando vino el golpe que trata de evitar, el golpe de realidad, todas las emociones que había decidido no sentir vinieron de golpe, lo que le dije a mi madre fue la ficha que hizo que las demás cayeran.

No podía soportar la perdida de mi novia, de mi hijo, lo que le había dicho a mi madre, lo que le había hecho a personas que no lo merecían, todos esos pensamientos entraron en mi mente como una avalancha, lloraba, gritaba, pataleaba, me llenaba de ira, de tristeza, el golpe había llegado, no podía soportarlo y fue cuando decidí que era el momento de desaparecer, de dejar de inflijir dolor y dejar de sufrirlo, quería suicidarme.

Me aventuré decidido al puente de la degollada, lugar donde se han producido decenas de suicidios en mi ciudad, fue precavido y me lleve unas pastillas conmigo, sabía que no sería lo suficientemente valiente para tirarme, así que mi plan era sentarme en el precipicio, tomarme todas las pastillas y cuando mi mente cayera inconsciente mi cuerpo haría lo mismo.

Recuerdo poco de ese momento, sentarme, tomarme las pastillas y poco más, mi siguiente recuerdo es levantarme en el hospital después de un lavado de estomago, tener enfrente a un médico y un psicólogo.

Yo no quería tratamiento, yo solo quería morir.

Los días pasaron y era más complicado, seguía haciendo lo mismo pero esta vez viviendo todo el dolor, pensé que ya estaba perdido, que nunca cambiaría, pero la vida da muchas vueltas y por suerte, de nuevo, una persona me volvió a salvar, me volvió a dar vida y esa fue mi madre, ella no lo sabía en ese momento y tampoco lo sabe ahora, pero me sacó del abismo en el que estaba metido y fue de la manera más sencilla del mundo, entré por la puerta de mi casa y era la primera vez que la veía desde lo que le dije y me encontré a una mujer con una sonrisa en la cara, diciendome hola hijo, te he preparado tu comida favorita.

Después de lo que le había dicho, de haber deseado la muerte de mi madre en su peor momento ella no tenía rencor, tenía una sonrisa para mi, ese fue el click que recibí para cambiar, no por mi, por ella.

Entre en terapía, deje las drogas y el alcohol, fue fácil puesto que nunca me gustaron, me llevo tiempo, cambios mentales y físicos, pero estaba decidido a abandonar esa vida, esos pensamientos y al final, lo hice.

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⏰ Last updated: May 03, 2019 ⏰

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