Capítulo 2

740 59 1
                                    

El está aquí, y me ha hablado directamente, así que esta vez no podré ignorarlo, lo que hace que mis nervios afloren.

- Sí, adelante.

- ¿Realmente vas a fingir que no nos conocemos? - pregunta sentandose frente a mí.

-No señor, no finjo nada.

- Entonces un, "Hola Noah, ¿Cómo has estado?" No te va a costar nada.- dice sonriéndome. Con esa sonrisa que alborota todo lo que hay en mi interior, hasta perdí el apetito de lo revuelto que tengo el estómago.

- Hola profe, ¿Cómo ha estado? - digo sin poder evitar sonreír.

- Hola Vivian, he estado muy bien. ¿Y veo que estamos en la misma universidad? Puedo preguntar, qué estás estudiando.

- Estoy estudiando Historia.

- Oh, pensé que estudiarías algo con matemáticas, no sé te daban mal.

- Lo pensé, pero la historia se ganó mi corazón.- digo tocándome la parte izquierda del pecho. Mi respuesta lo hace reír.

- Entonces en ese caso no hay nada que hacer, ya no necesitarás mis clases de matemáticas. Es una lástima.

- Supongo que no.

- Pero si te interesa estoy dando algunas electivas de matemáticas en la universidad por si te interesa, aún puedes inscribirlas.

- Tal vez lo piense - Aunque no sé si es buena idea volver a acercarme demasiado a él. Y aún no me ha dicho nada sobre mi libreta lo cual agradezco. Es un alivio para mis nervios.

- Y... - nervios - ¿no vas a comerte esa deliciosa hamburguesa? -Uff, por un momento pensé que iba a preguntar sobre ello

- Creo que se me pasó el apetito, la llevaré para más tarde.

- Espero que no sea por mí. - ¡SÍ, ES POR TÍ!

- No... es solo que...pensé que tenía hambre.- ¿No se te pudo ocurrir nada mejor Vivian? Ni su presencia me deja mentir en paz.

- Aja... Creo que me sucedió lo mismo, ¿qué tal si pedimos algo para llevar esto?

- Me parece una muy buena idea profe. - Digo aliviada.

Pedimos cada uno una bolsa y empacamos nuestra comida. Me cuenta que es nuevo en esta universidad, apenas es su primer año aquí, pues le ofrecieron un mejor puesto que en donde estaba. Yo le cuento que ya es mi segundo año, que amo mi carrera y que vine a estudiar aquí, pues la universidad es conocida por sus historiadores egresados, así que me parecía la opción más conveniente. 

Cuando terminamos de hablar ya hemos llegado a la entrada del Centro comercial y nos despedimos.- Nos vemos en la universidad.- dice dándome un abrazo rápido. Siento que el corazón se me va a salir en cualquier momento y se empeora cuando me dice al oído.- Todavía tenemos mucho de que hablar, adiós Vivian.

- Hasta luego profe.

Me sonríe y camina hacia el semáforo, supongo que debe vivir cerca. Siento que al fin respiro, no espere que después de tantos años verlo me iba a afectar tanto.

Al siguiente día llego a la universidad feliz como una lombriz, incluso cuando me espera un parcial sobre historia rusa y ucraniana.

Caminando por el pasillo me encuentro a Sam, quien no puede con su sonrisa de felicidad, por lo que supongo que su cita con Leo fue soñada.

- ¡Viviaaan! - dice llegando hasta mí y rodeándome con los brazos.

- ¡Saam! Ya cuéntamelo todo que se que estas que lo haces.

- Fue maravilloso! Fuimos a comer a un restaurante Italiano, ya sabes que es nuestra comida favorita, cenamos, hablamos, reímos, rozamos nuestras manos, nos sonrojamos, salimos y nos dimos un beso. El beso más dulce que me han dado en mi vida, luego me acompañó a la casa, y nos volvimos a besar, solo que esa vez fue más ardiente y apasionado. Todavía no puedo dejar de pensar en ello. - Me cuenta tan rápido que respira como si hubiera corrido una maratón, pero aún así, sin poder borrar su sonrisa. La cual no puedo evitar que se me contagie.

- Por favor respira, que estoy segura que no quieres morir sin volver a tener otro de esos besos. - digo tratando de darle aire con la mano. Ella ríe.

- Definitivamente no me gustaría que pasara algo así.

- Vamos que se nos va a hacer tarde para el parcial con Mr. Johnson y ya sabes como es con las llegadas tarde.

- Sí, un profesor joven, a quien le van a salir canas pronto. - dice y no puedo evitar reír. Es verdad.

Caminamos por el segundo piso del edificio en camino a nuestro salón, cuando veo a Noah entrar al edificio de Matemáticas, vestido con un pantalón azul oscuo y un blazer color beige que combina perfecto con una camisa blanca. No puedo evitar suspirar.

- Estoy escuchando a Vivian Harrison suspirar... ¿a quien estás mirando? - dice buscando con la mirada hacia afuera, por suerte Noah ya entró al edificio.

- Nada, vamos que es tarde. - digo sonrojada, no quiero que ella sepa que suspiro por un profesor.

- Si, nada, ajá. Sabes que lo voy a descubrir, no suspiras por muchas cosas en esta vida.





¿Otra vez usted?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora