Mientras ambos respiren, siempre tendrás la esperanza de que esté ahí, al doblar una esquina o al subir a un autobús, o que vuelva a buscarte. Sin embargo, eso no significa que tengas que estar toda la vida esperando. El mundo es demasiado grande y puede que no vuelvan a encontrarse. Ni hagas como yo, no persigas fantasmas eternamente.