Te darás cuenta lo que mi corazón intenta ocultar cada día, hasta no poder y estalla, haciendo maravillosos versos y prosas con tantas emociones, que te harán sentir que tú misma eres quien está pasando diversas situaciones plasmadas...
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Aquí me encuentro nuevamente devastada, es mi gran culpa por ser tan estúpida y creerte una vez más; sabía lo cobarde que llegas hacer y aun así volví a caer; pero esta vez también fui cobarde, me deje consumir por el miedo.
Creo que intentar hacer que me ames, o al menos hacer que me sienta de esa forma (porque según tú ya me amas pero no lo demuestras) no es lo mejor, debo buscar otro tipo de amor menos pintoresco y más real, el amor propio que nunca priorizo, ese tal vez sea el correcto y en vez de estar buscando príncipes azules donde no los hay, ya que de por sí solo existen cretinos, sin valor y cretinas, como yo, que intentar ser valiente con el sentimiento errado.
No sé porque no te dejo ir, me cuesta tanto soltarte de una buena vez... ¿Por qué me cuesta? ¿Será amor verdadero? Lo dudo, si no me amo, no puedo amar a nadie. Todo está errado, todo lo está, cada cosa.
Ahora elegiste el peor periodo para hacer la ridiculez de estos días, mala elección e igualmente la mía por permitir dejarte entrar de nuevo, sabiendo que todo lo que dices es como las hojas secas cuando hace tanto viento, se van tan lejos que nunca regresan.
Siempre parloteas y no accionas nadas, es frustrante estar así ahora, queriendo llorar e intentar no hacerlo; queriendo gritar y no poder porque no quieres aparentar estar maniática.
Todo es difícil, digo soltarte cuando me siento tan embaucada por ti pero siempre te tengo, como un papagayo que necesita ayuda para mantener su vuelo... Me odio tanto, cada vez más.
