Hailey
Primer día de clases, puedo escuchar alarma de mi teléfono y mamá gritarme desde abajo para que salga de la cama.
—¡Ya estoy fuera de la cama!— le grito, pero es obvio que no es cierto. Estoy acostada con la manta cubriendo mi cabeza, tratando de dormir otra vez he inventarme una enfermedad.
Alguien quita la manta y tengo a mamá con el ceño fruncido.
—¿No estabas fuera de la cama?— pregunta algo irritada.
—Ups, fue un sueño entonces.
Ella pone los ojos en blanco.
—Recuerda que no me gusta la impuntualidad. Muévete.
Y sale de mi cuarto cerrando de un portazo.
—Buenos días, mamá— digo a la nada.
Salgo de cama y mis pies tocan la madera fría y observo la ventana, el cielo azul pálido y los pajarillos picoteando la flores que estan en ellas.
Libre como un pájaro.Es lo que quisiera ser en este momento, sin gritos, ni estereotipos, sin chicas bonitas, sin amor, solo volar por el cielo, descansar en un árbol y respirar.
Pero a veces no todo es como queremos.
Asi que entro al baño segundos después de tomarle una foto al pajarito azul. Miro mi cara pálida en el espejo.
Ojeras, labios resecos y el cabello desordenado.Soy un completo desastre, siempre lo he sido. Y tengo el claro presentimiento que así seré toda mi vida.
Tomo una ducha, luego cepillo mis dientes y lavo correctamente mi cara.
Me visto con unos pantalones nuevos que me ha comprado mamá por ser el primer día de clases, un suéter lila y unos tenis blancos. Tomo mis cosas y bajo a la cocina.Papá está leyendo el periódico y mamá revolotea por la cocina como mariposa.
—Por fin estás aquí— dice mamá cuando se da cuenta de mi presencia. Papá sigue en el periódico, al parecer lo que está leyendo es mejor que darme los buenos días.
Me siento en la mesa de la cocina, mamá llega de inmediato con el desayuno, consistía en una tortilla quien ella había hecho una carita feliz con frutas.
Sonreí al verla y por una parte me hizo sentir mejor, ya que no quería ir al colegio. Es una porquería.
—Buenos días, cariño— dice y me sonríe- disculpa que no te los haya dado hace un rato pero sabes que odio que te quedes pegada a la cama como una pulga.
Me río ante su comentario.
—Sirveme más café— ordena mi padre a mi mamá.
El café está justo en sus narices, solo tiene que tomarlo y servirse, pero no lo hace.
Mamá enseguida le sirve el café y vuelve a la cocina.
—¿a qué hora saldrás del colegio Hailey?— pregunta papá.
—No lo sé— respondo luego de terminar de beber el jugo de durazno- aún no tengo el horario.
El hace un ruido de que ya lo ha pillado y no me pregunta más nada. Seguro quería que pasara por su oficina para ayudarlo arreglar papeles y documentos, cosas como esa.
—Me mandas un texto cuando salgas para buscarte— dice mamá quien se ha sentado para desayunar con nosotros.
—Creo que los chicos querrán hablar después de clases. Pero te llamo de todos modos.
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Adolescentes del Siglo XXI
Teen FictionEste es la historia de cuatro adolescentes que viven el último año de instituto. Donde tienen que ser fuertes para superar los problemas paternos, los amorosos y el conflicto de identidad.