Hailey
Cuando la hora de volver a casa llego camine por el pasillo hacia la salida donde Kendall seguramente estaría esperándome. Se supone que iríamos al bosque para organizar la gran fogata de bienvenida, algo que nuestro grupo de amigos había creado desde que cursábamos primer año.
Consistía en una gran fogata en el medio del bosque donde al principio solo era para acampar y contar historias o solamente pasar el rato, cuando fuimos creciendo se volvió el lugar de fiestas y borracheras en la mitad del bosque con la luz de la luna contemplando a unos adolescentes hacer el ridículo. Entonces se volvió tradición, este era nuestro último año, nuestra última fogata.
Pensar en eso me hacia sentir un poco nostálgica. Era el fin de mi vida como estudiante de preparatoria, tal vez no vería a ciertas personas y mis problemas serían otros, incluso más grandes. El hecho de crecer y madurar me aterraba, esta etapa de la vida sin duda era la más difícil porque a partir de aquí marcaría lo que serías para siempre, una metida pata y ya estabas arruinada.
Tomar una carrera que te guste y en la universidad de tus sueños era jodidamente difícil, una frustración que hace sufrir a millones de jóvenes cada vez que se gradúan.
Por mi parte, mi padre quería que estudiara leyes para unirme a él en su firma de abogados. ¿Estupido,no?
Llegue al círculo de chicos que estaban cerca de la puerta de salida, entre ellos estaba Joe.
—Traten que sea algo íntimo— hablo Bryson—, no inviten a tantas personas para que no ocurra lo del año pasado que se salió de control.
Todos asienten estando de acuerdo con Bryson, porque la verdad si, fue una locura lo que pasó el año pasado.
—¿Y qué haremos hoy en el bosque?— preguntó Adam mientras ajustaba su mochila al rededor de sus hombros.
—Limpiaremos— respondió Bryson— quitaremos el exceso de hojas, buscaremos leña para la fogata y cada cosa que encontremos fuera de lugar arreglarla.
—Entonces nos veremos ahí— concluyó Joe y el grupo se dispersó para montarse en sus autos y dirigirse al bosque.
Joe y yo caminamos hasta la salida para dirigirnos a su auto, sin rastro de Kendall.
—Se supone que nos veríamos en la salida— comenté mientras buscaba la melena castaña de mi amiga.
Caminamos un poco más y entonces la vimos riendo con el chico nuevo de biología.
Joe y yo compartimos una mirada severa, pero a la vez decepcionante.
No me malinterpreten, no me molesta que Kendall coquetee con chicos o que salga con ellos. El problema es que Kendall no tiene suerte en elegir a chicos que la lleguen a querer o al menos que la respeten. Cada ruptura es un drama, cada ruptura es un corazón roto. Es mi mejor amiga, cuando le pasa algo a ella me duele como si hubiera sido a mi.
Llegamos hasta donde estaba Kendall.
—¡Chicos!— exclama al notar nuestra presencia— ¿ya conocen a Cody?
Joe y yo lo saludamos y estrechamos su mano presentándonos.
—Le estaba contando sobre la fogata de bienvenida— comenta Kendall mirando a Cody— podría ir como nuestro amigo.
—Avísame la hora— habla Cody.
Ellos intercambian un par de palabras y luego nos subimos al auto de Joe. Kendall se sienta el copiloto y yo en el asiento trasero.
—No puedes invitarlo— suelta Joe en seguida. Kendall lo mira con ceño fruncido.
—¿Por qué?— pregunta ella.
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Adolescentes del Siglo XXI
Teen FictionEste es la historia de cuatro adolescentes que viven el último año de instituto. Donde tienen que ser fuertes para superar los problemas paternos, los amorosos y el conflicto de identidad.