Edirraquiam

Prólogo

Realmente, no sé los motivos de la guerra, todo comenzó tan turbio, tan confuso y el poco tiempo que estuve en medio de esta fue dentro del vientre de mi madre como han de suponer, es una de las billones víctimas de la gran ultima guerra, y vaya que guerra.

El gran ataque entre ambos reinos no solo logró desestabilizar ambos reinos que gobernaban mi pequeño planeta, así como bajar un gran numero de a población de ambos, sino que logró cambiar el ecosistema para siempre, o bueno, según las quejas de mis tíos cada día. No ah vuelto a la normalidad, aun que cuando tratan de explicarme como era el mundo antes, empiezo a tener la impresión de que la guerra había sido lo mejor.

Actualmente, una gran estrella azul rodea cada 12 horas nuestro planeta, dando la luz que hizo la vegetación crecer, vegetación que solo yo puedo comer y que a mis tíos parece envenenar su paladar, a eso doy gracias a los genes que mi madre logró heredarme.
El cielo es teñido cada día de un color azul hermoso, incluso con el gran sol iluminando, soy capaz de notar algunas estrellas y algunos planetas de nombres difíciles de pronunciar cercanos, es un paisaje bastante hermoso, lleno de color y vida.

 Por las noches, el cielo se tiñe de distintos colores, azul, morado incluso rosa, nunca me cansaría de verlo una y otra vez, y gracias al gran vidrio sobre mi habitación no es un gran problema verlo cada noche sin falta. Aun que ni el paisaje logra hacerme caer dormir de inmediato, el ruido que hacen mis tíos es insoportable, sobre todo al comer.

Algo curioso de mi raza es la gran diferencia entre la misma, la cual se divide en dos, nocturnos y diurnos, son tan diferentes entre sí pero de apariencia no tanto. El día y noche es lo único que divide nuestra raza; ¡oh!, y como olvidarlo, la comida, siendo seres nocturnos su paladar tiene gustos extraños para mí incluso cuando puedo ser considerada como una híbrida.

¿Soy algo natural?

no, es raro conseguir una híbrido, y bueno, me temo decir que yo soy la causa de aquel enorme cambio en mi pueblo.

¿Los que quedan me detestan?

O claro que sí, no lo dejan de hacer, hay algunos valientes que se acercan a mi hogar para buscarme y castigarme, si no fuesen por mis tíos, mi única familia,  me hubieran arrancado de mi cuna para ser empalada y llevada como trofeo a todos los pueblos sobrevivientes.

Pero bueno, cosas del pasado al pasado están y como tío Benjamín suele decir, "Voltear hacia atrás es para débiles" ...bueno no lo dice precisamente así pero...algo en sus palabrotas me pareció que dijera algo así, espero y sí.

Aun que a su manera expresan el cariño que me tienen, veo su mirada el mismo espíritu de rabia que veo en esos pueblerinos, lo veo y me da cosquillas en los brazos y pecho, una sensación incomoda de vacío en mi pecho porque...de no contar con ellos, ¿con quien eh de contar?, sin ellos, a pesar de que a veces no me dejen dormir por las noches, ese ruido no me hace sentir tan vacía y a juzgar por sus arrugados rostros, pieles grises y voz rasposa, su estadía conmigo no será tan larga como la que hubiera imaginado de pequeña, como la que en verdad necesitaré a lo largo de mi vida que, por como van las cosas, puede que incluso no sea tan larga como la imaginaba.