3. Ingresando A La Aurora

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Salieron a la cubierta, el viento frío los golpeó haciendo que se estremecieran, se recargaron en la barandilla aún que Katherine decidió alejarse un poco.

— Dígame hermoso lirio ¿qué la trae abordo del Campania? —

— Es mi primera reunión con algunos aristócratas de una pequeña asociación, aun que no pensé que esta se llevaría acabo en el mar, digamos que no me siento muy cómoda en el agua —

— Oh ya veo es una pena, seria una hermosa sirena surcando las olas, pero no me diga que solo vino por trabajo, eso señorita es un desperdicio estando en tan bello lugar —

El visconde se acercó más a la pequeña y acaricio su mejilla sin despegar la mirada de los ojos azules como el cielo.

— Pues no puedo desligarme de mis obligaciones, siendo mi primera vez en la asociación de la Aurora yo.... Oh lo siento creo que eh hablado de más — Retrocedió apenada colocando una mano en su boca.

— Así que la asociación de la Aurora eh, no se preocupe yo pertenezco también ahí aun que me sorprende que una bella dama esté interesada en algo como eso —

— Bueno no es un secreto para nadie que mis padres desaparecieron y que los estoy buscando junto a la Scotland Yard, pensé que tal vez la asociación podría ayudarme ¿usted que piensa? ¿Cree que me puedan ayudar? — Su voz sonó inocente y lanzó una mirada preocupada.

— La verdad no creo que puedan ser de mucha ayuda, claro que si sus padres murieron tal vez... No discúlpeme pero no sabría decirle nada —

El visconde comenzó a actuar nervioso y movía su cabellos algo ansioso.

— No se preocupe yo estoy consciente que después de tanto tiempo mis padres puede que ya no estén en este mundo, por lo que quisiera que la asociación me ayudara, pero ahora que se que usted también está dentro de la Aurora — La pequeña se acercó hasta estar cerca del oído del visconde aún que tuvo que pararse de puntillas por su estatura y susurro —. Puedo pedir su ayuda querido Lord estaría en deuda con usted —

Katherine sonrió al sentir como su acompañante se estremecía al sentir su aliento, beso la mejilla del mayor y se alejo lentamente.

— Eres un pequeño azulejo curioso, te ayudare pero recuerda que tendrás que pagar esta deuda, esta de acuerdo — Sonrió acariciando el cabello de la Condesa

— Siempre cubro mis deudas —

Un camarero llegó a ellos y le ofreció al visconde una copa vacía quien la tomó y ofreció su brazo a Katherine, quien lo tomo sin dudas.

— Es momento del espectáculo, permitame guiarla hermoso azulejo —

Volvieron al interior del barco y caminaron hasta llegar a la sala de fumadores de primera clase, donde un hombre con una jarra de cristal llena de agua los recibió.

— Tomaremos un poco — Dijo el visconde, el hombre sirvió dos copas y se las entregó.

Ethan se acercó al oído de Katherine y susurro, la pequeña abrió los ojos sorprendida y su piel se volvió un poco más pálida, lanzó una mirada furiosa a su mayordomo quien sólo sonrió divertido.

— ¿Sucede algo malo mi pequeño azulejo hermoso? — Preguntó el Visconde viendo la reacción de la Condesa.

— N-no es nada, solo que me da vergüenza el que usted me mire cuando tenga que realizar el saludo a la asociación, creo que podría no querer volver a mirarlo a los ojos solo por timidez — Dijo bajando la mirada al suelo con un sonrojo en sus mejillas.

The waves of the heartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora