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El silencio reinaba en aquella casa, no había ruido alguno que pudiese molestarla, todo en completo silencio.... lo cual, no duró por mucho.

Alguien golpeó la puerta con intensidad, Millie viró los ojos y, al ser la que estaba más cerca d ella puerta, se levantó y fue a abrir. Al abrir la puerta, no fue sorpresa para ella encontrarse con Sadie, ella era así, se aparecía en casa de los demás a las 7 de la mañana sin siquiera avisar.

La castaña dejó que su amiga entrase, ella entró de inmediato y, al no ver a nadie en la sala, comenzó a hablar.

Dios, Dios, Dios, Dios.

—Tranquila, Sadie. —Dijo Millie, cerrando la puerta. —Siéntate y explícame que es lo que ocurre.

La respiración de la pelirroja comenzaba a agitarse, Millie ya no sabía si era uno de sus dramas o en verdad había razón para estar de esa forma.

Okay —Se acercó a ella. —. Inhala y exhala.

Hizo caso a la castaña y su respiración de a poco comenzó a calmarse, dándole oportunidad a que comenzase a hablar.

¿Ya estás mejor? —Ella asiente. —Entonces, cuéntame lo que ocurre.

Soltó un suspiro. —¡Finn Wolfhard vendrá a la Cómic Con de Los Ángeles! —Habló con rapidez.

A Millie le fue difícil de entender lo que su amiga había intentado decir, lo único que había entendido con claridad había sido "Finn Wolfhard" y tan sólo deseaba que sus palabras hayan sido "Finn Wolfhard no cantará más en Calpurnia".

No entendí nada, así que, si me haces el favor, repítelo, pero más lento.

—Dije que Finn Wolfhard vendrá a la Cómic Con de Los Ángeles. —Repite, haciendo énfasis en cada sílaba.

—Ahh, bueno, pues que bien, ¿no? —Dijo, sin tomarle importancia alguna.

La chica se sentó en el sofá y tomó el control remoto, para prender la televisión, comenzó a cambiar los canales, mientras Sadie la veía sin poder creer sus palabras. Bueno, sabía que ella no era fan de Wolfhard, pero, no podía creer el tan poco interés que había mostrado o que ni siquiera se alegro por ella.

—¿No te importa? —Preguntó Sadie, frunciendo el ceño.

—Ni un poco. —Respondió Millie.

Está bien, te lo dire de otra forma. —Dijo. —Finn Wolfhard vine a la Cómic Con de Los Ángeles y, tal vez, yo asista.

—Oh, bueno —La miró. —, felicidades, espero que puedas conocerlo.

Sadie soltó un suspiro, ¿cómo decirle a su mejor amiga que dependía de ella para poder asistir a la Cómic Con? La pelirroja se sentó a su lado y llamó la atención de Millie.

Millie, eres mi única mejor amiga, lo sabes. —Ella asintió. —Te conozco desde que tengo memoria y nos amamos muchísimo, ¿cierto?

—Sí, pero no se a dónde quieres llegar con todo esto.

—Bueno, le conté a mi madre acerca de la Cómic Con y que Finn asistiría a esta. Le pedí permiso para poder ir, sólo eso, yo llevo ahorrando desde hace varios años. El caso es que mi madre me permitió asistir, pero sus palabras fueron estas: —Aclaro su garganta y comenzó a imitar la voz de su madre. —"Puedes ir, pero alguien tiene que acompañarte."

—Y ese alguien soy yo.

—Mi madre confía mucho en ti, sabe que no me permitirás hacer una locura y, al no ser fan de Wolfhard, querrás que regresemos rápido. —Tenía buenos argumentos, pero la castaña no aceptaría. —¿Entonces?

—No, lo siento. —Volvió a mirar el televisor.

Pero....

Millie decidió no tomarle atención.

Sabía lo cruel que estaba siendo al hacerle eso a su mejor amiga, pero no podría soportar pasar más de una hora rodeada de adolescentes hormonales y locas por una rana con rulos, le parecía estúpido.

La pelirroja decidió ponerse de pie, se paró frente a Millie, tapándole la vista a la televisión. La castaña movía su cabeza intentando buscar un espacio por donde ver, pero Sadie se movía tapándole cualquier pequeño espacio que tuviese.

¡Sadie! ¿Quieres quitarte?

—No, hasta que digas que irás conmigo a la Cómic Con.

—¡Es una estupidez! ¡Ni siquiera tengo dinero como para comprar una torpe entrada!

—¡Yo lo pago! —Dijo de inmediato. —Pagó las dos entradas y.... absolutamente todo lo quieras..... también prometo no volveré a hablarte de Finn Wolfhard lo que resta del año.

—Está bien. —Vira los ojos y Sadie se lanza a abrazarla. —¿Todo esto sólo para que te acompañe?

Desvía la mirada. —En realidad..... el auto de mi madre no funciona muy bien, no es seguro recorrer distancias lejanas con el y me preguntaba si....

—Oh, no. No le pediré el auto a mi padre, me matará si llega con un rasguño, a demás, desde la última vez que intento enseñarme a conducir, me prohibió conducir, mínimo hasta que tenga treinta años.

—Bueno, pero para eso me tienes a mi, querida amiga. —Sonrió y le mostró su licencia de conducir. —La tengo desde hace algunos meses y jamás he recibido alguna infracción o algo parecido.

Suspiro. —Se lo pedirás tú, al igual que mi permiso para ir a ver a la rana.

Sadie asintió energéticamente y volvió a abrazar a la castaña.

Pasaría un día entero rodeada de chicas obsesionadas con Finn Wolfhard, era como multiplicar a Sadie por un millón. Llegarían esperarían por algún tiempo, harían fila para la fotografía que seguramente Sadie se tomaría con Finn y, si es que la pelirroja se volvía loca, también tendrían que hacer fila para que la rana le diese un autógrafo.

Sería sencillo, no había razón alguna para que haya complicaciones, ¿cierto?

Sería sencillo, no había razón alguna para que haya complicaciones, ¿cierto?

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Quedó re chafa ahre.

Si te gustó, te agradecería que me regalaras una estreshita :3.

Gracias por perder un poco de tiempo leyendo esto~

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⏰ Última actualización: May 12, 2019 ⏰

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