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Anteriormente en Does he know?

 — Bueno, bueno miren a quien tenemos aquí— comenzó la "líder" por así decirlo del grupo: Abigail. De verdad lo intenté, procuré caminar rápido, cruzar la calle, retroceder pero era demasiado tarde.

— ¿No te han dicho que te ves asquerosa en esa ropa?— siguió la más chaparra del grupo: Miranda.

<<Lo dije, me veía ridículo, asquerosa. Aunque cualquier cosa que te pusieras te haría ver así. Por eso se fueron de tu lado, por eso te cambiaron porque no vales para nada, así como estas quién te va a querer.>>

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Le quité el pelo de la cara, ella se sobresaltó un poco y me vio. Aunque tuviera lentes negros y una gorra que se supone impedía que me reconociera sus ojos me examinaban, sus ojos eran de un color verdoso brillante. Su cara era bella, su cara... su cara me recordaba a alguien.

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— Espera, ¿estás diciendo que ...? ¿tú y yo?— pregunté a pesar de haber escuchado perfectamente a la señora.

— Somos hermanos.— sentenció igual de sorprendido que yo.

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Iba abriéndome paso entre toda la gente hasta que choqué con el cuerpo de alguien y caí al piso.

— Lo siento, soy una idiota— dije apenada mientras me comenzaba a levantar. Lo miré a los ojos, era un chico increíblemente guapo que me dejó sin palabras.

—No te preocupes, yo fui con chocó contigo—me contradijo mientras me ayudaba a levantar.— ¿Te encuentras bien?— asentí como respuesta, simplemente no podía coordinar las palabras que quería salieran de mi boca.— En ese caso, ¿cómo se llama usted señorita?— siguió diciendo "señorita" en español

— Soy... — comencé dispuesta a decir mi nombre completo, hasta que recordé mi situación actual: no debía saber mi verdadero apellido, ¿o sí?— Venus, solo dime Venus.— finalicé con una sonrisa

— Bueno Venus, me llamo Nathan Sykes.— me sonrió de una manera tan encantadora al terminar de decir su nombre.— ¿Quieres bailar?

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— Mira sé que no he sido el mejor hermano del mundo pero...

—Ya me lo has dicho cientos de veces ¡Deja de mentir!— dijo molesta.

—¿Mentir? Pero yo te digo la verdad— dije al borde las lágrimas. Estaba desesperado, no estaba entendiendo su reacción.

—Claro que no— dijo y pasó su mano a través de su pelo, estaba irritada.— ¡No lo entiendes!— explotó— Tú jamás podrás entenderlo porque eres una súper estrella; porque tienes toda tu vida resuelta; porque todos te aman; porque aunque me defraudes y seas de las personas más crueles que he conocido ya daría mi vida por ti...— comenzó a derramar muchas lagrimas, al igual que yo— y ahora tengo dudas si tú harías lo mismo por mí.

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Niall y Louis estaban en la puerta de la casa hablando con Max quien les impedía la entrada. Es cierto, no quería estar con ellos, era muy feliz aquí pero algo en mi consciencia se removió, era Niall, quien estuvo ahí para mí en el principio y finalmente me sacó del tormento que era mi vida, no había sido un buen hermano pero en general ninguno de la familia lo había sido, ni siquiera me conocían.

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—Entiendo si me odias, no te voy a obligar a decidir lo contrario, simplemente quiero que sepas que te amo, eres una de las cosas más hermosas en mi vida y lamento tanto lo que hice.— dijo Niall entre algunas lágrimas. Al separarnos del abrazo note que no solo caían algunas pequeñas lágrimas sino que también su nariz y mejillas se veían un poco rojizas.

—Eso y te veníamos a decir feliz cumpleaños — dijo Louis, con su voz tan linda y tierna, un poco más lejos de nosotros.

—Gracias— agradecí como me fue posible limpiándome las lagrimas con mi mano cuidando de no tocar las muñecas para evitar cualquier accidente.— Ven aquí Tommo— dije sonriendo y abriendo mis brazos para abrazarlo, él se acercó.

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—¿Qué es una mentira?— pregunté un poco confundida pero con el corazón acelerado.

—¡Todo esto!— exclamó, lo que me hizo sobresaltar, levantó sus manos haciendo un ademan de que era todo lo que veía.— Nosotros no somos quienes crees que somos. Todo fue planeado— sentía mi corazón acelerado al mil, desapareció la sensación de estar borracha y las manos me temblaban— el que salieras con Nathan, te pelearas con tu hermano, vivieras con nosotros. ¡Todo!—

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Salí del lugar. Alguien jaló mi mano, giré y vi a Jay.

—¿Todo bien? ¿Por que te vas?— preguntó con una cara de extrañeza, preocupación. Falso.

—¿Es cierto?— fue lo único que dije, aunque en el fondo sabía la respuesta.

—¿Qué es cierto? A ver espera— salimos al jardín principal de la casa— Ahora si, ¿que es cierto?—

—Es falso, todo esto, ustedes, es falso.— dije aun con lágrimas cayendo por mis mejillas.

Se quedó callado. Su cara perdió cualquier señal de luz que tenía.

—Lo siento— murmuró.

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Dejé las cosas de lado y tomé mi celular que para este punto estaba en el escritorio, deslicé el dedo rápidamente por todos los apartados hasta que llegué donde quería llegar:

Niall.

Pulse el icono de llamar, esperé algunos segundos pero contestó.

—¿Sí?— escuché su voz un poco adormilada y bastante ronca.

—Te necesito— susurré.— En la casa de The Wanted—

—Voy para allá— dijo y colgó.

Sí, esas eran las diferencias.

Él sí contestó.

Él estaba ahí para mí.

Él sí me ama.

Lamento no haberme dado cuenta de eso antes.




TakenWhere stories live. Discover now