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— ¿Qué sucedió?¿Estás herida? — apareció Niall frente a la mansión lo más rápido que sus piernas le permitieron; el carro que había estacionado segundos antes se encontraba completamente desalineado, pero eso no me importó en absoluto.
Sus ojos se encontraron con los míos, jamás me había percatado que no eran del mismo tono, pareciera que nunca me molestó en darme cuenta, pero en este momento esos grandes y bellos ojos azules, que no paraban de mostrar angustia, me dieron una enorme liberación.
Sin siquiera pensar en una respuesta para Niall, me apresuré a darle un abrazo, él sin entender nada lo respondió. Comencé a llorar como hacía tiempo que no lo hacía, necesitaba sacar todas las emociones que me invadían, necesitaba descargar esta impotencia que sentía, necesitaba sacar todo el odio que fluía por mis venas. Lágrimas no paraban de brotar por mis ojos, mi cuerpo entero temblaba y no podía dejar de repetir una frase en específico.
—Lo siento, lo siento, lo siento, lo sien...
— Todo va a estar bien— susurró en mi oído mientras pasaba su mano por mi cabello.
Estaba segura que lo decía en serio, pero no era capaz de creerle. La última vez que lo mencionó nada había salido bien.
(...)
Mi teléfono volvió a iluminar el auto por quinta vez. No necesité revisar quién era, así como tampoco lo necesite la cuarta o la tercera o la segunda. Niall volvió su vista a mí, otra vez, sus ojos no dejaban de denotar confusión; no le había explicado lo que había sucedido. Intenté, pero las palabras simplemente no salían, eventualmente dejó de preguntarme qué había pasado o si me encontraba herida; le pedí que me ayudara a recoger varias de mis cosas de la casa, no comprendió por qué le pediría que hiciera algo así, pero tampoco se mostró molesto al hacerlo. Empacamos una maleta y una bolsa, venían dentro únicamente objetos completamente importantes para mí, después volveríamos por más de mis pertenencias.
El camino era callado. Niall se encontraba muy confundido y no culpaba, en las últimas semanas me había comportado como una estúpida con él, en los últimos meses lo alejé completamente de mi vida pensando que solamente me quería ver sufrir, que amaba verme rota... pero no era él quien amaba verme sufrir. Jay intentó una sexta vez, y una sexta vez volví a ignorar su llamada. Las lágrimas se habían detenido, pero mi respiración irregular no paraba.
—¿Podrías dejar de hacer eso? Por favor.— interrumpió el silencio Niall, lo miré confundida.
—¿Hacer qué?— ¿se refería a que dejara de llorar? ¿a que dejara de lamentarme por mi deprimente vida? ¿a que dejara de deprimirlo a él? ¿a que yo era...
— Te estas rascando en ... — tosió ligeramente interrumpiendo mis pensamientos— en tus muñecas, las heridas se están abriendo.— finalizó completamente incómodo mirando al camino. Volteé con dirección a mis manos, era cierto, pequeños hilillos de sangre comenzaron a manchar mi ropa.
