El domador de villanos.

Dos

Cuando Zero entro a su apartamento casi le daba un ataque al corazón y estaba seguro que moriría ahí mismo en su salada de estar.

¿La razón?

Bueno la razón era la hermosa mujer de piel verde y cabello rojo quien estaba de lo más tranquila sentada en su sillón favorito (dicho sillón que le costó seis meses de sus ahorros fíjate) Posion Ivy estaba pasando los canales de su tv como si fuera la reina y señora de su casa.

¿La reacción de Zero?

Él se quitó la chaqueta que traía puesta, desabotonó los primeros botones de su camisa y fue a su cocina.

Una vez ahí se sirvió a si mismo un vaso de soda y en otro agua pura. Fue a la sala de nuevo y le dio el agua a su... visitante.

Hyedra levantó una ceja ante el agua pero no comentó, que... considerado de este chico.

—¿Debo preocuparme por morir y ser abono para las plantas o hay otra razón para tu visita?

Zero había tenido un día duro, no tenía ganas para juegos mentales.

Si se ofendió o no por el comentario la mujer no dio muestra de ello, en su lugar sacando una hoja de papel de quien sabe donde, se lo pasó a Zero.

—Esto es para ti... es un agradecimiento...

Zero parpadeo para luego ver la pagina la cual tenía el dibujo infantil de tres flores de color morado oscuro. Claramente el dibujo de un niño.

En una esquina y con letras algo deformes estaba un nombre.

Angelica

No le tomó mucho tiempo sumar uno y uno.

Sus cejas subieron has ocultarse en su flequillo de sorpresa—has seguido yendo a visitarla...— no era una pregunta.

La villana no vacilo— La Niña es... entretenida y debo asegúrame que cuide bien a esos pequeños bebés...

Zero parpadeo y luego sonrió, bueno... la mujer tenía un corazón blando ¿Eh? Quien lo diría.

Hyedra se levantó, puso el vaso de agua en la mesita de noche, había terminado lo que vino a hacer. Debía irse.

Zero lo entendió de inmediato.

Pero la mujer no camino hacia la salida, por supuesto que ella no se iría como la gente normal, en su lugar camino hacia la ventana sin vacilación.

Zero ni siquiera iba a comentar que el vivía en el sexto piso de un bloque de apartamentos.

Pero antes de que se fuera Zero debía preguntar.

—Espera!! ¿Por casualidad sabes donde puedo encontrar a...Deathshot? Hay un niño que quiere conocerlo...— Hyedra detuvo su andar, miro de nuevo al joven.

—¿Sabes que te meterás en peligrosos problemas si continúas con eso?— no era una amenaza, era algo que pasaría.

—Solo hago mi trabajo, esos niños... es lo único que puedo hacer por ellos...— y no iba a parar.

Nunca.

Ambos se miraron fijamente hasta que la villana asintió—...puedo ayudarte con eso... pero no digas que no te lo advertí...

Y se marchó pero Zero supo que pronto recibiría noticias de ella.

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Una semana después Zero caminaba hacia un bar, uno al cual nunca había ido y nunca iría en cualquier otra circunstancia. Pero si lo que Hyedra había dicho era cierto ahí encontraría a quien buscaba.