Mi nombre es Emma, tengo 16 años, no soy popular pero se me escucha, sobre todo por mi amistad con todos y mi apariencia de que nada me afecta. Pero en el fondo, bajo mi muralla estoy totalmente rota. Esto ultimo solo lo saben 4 personas, mis mejores amigos: Myriam, Judith, Miriam y Gonzalo. Ellos saben porqué soy así. Ellos saben porqué no dejo que nadie vea mi interior. Ellos saben porqué no duermo por las noches. Es porqué ya me traicionaron una vez y perdi el control. Esta es mi historia.
P.D.: Soy una mujer lobo.
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Otro año más vuelvo a el campamento en Mazagón, con sus cabañas, sus caminos, su bosque, su playa y sobre, todo mis amigos.
Estoy en el coche con mi mejor amiga Myri, mi padre nos lleva a el punto de encuentro donde nos reuniremos todos para montarnos en un autocar de mierda, en el que pasaremos 5 horas hasta llegar al camping. Estos campamentos son una ocasion especial, ya que es el único momento del año en el que estamos todos juntos durante más de 2 seguidos, o al menos desde que Miriam y Judith se fueron a vivir a Santander con su padre desde la muerte de su madre. Porfin estaríamos juntos todo el grupo.
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Ya habíamos legado a la plezo de toros de las ventas y ya estábamos en la plazoleta de enfrente, que era el lugar de punto de encuentro. Habíamos llegado con media hora de antelación, asi que esperariamos a que llegasen. Los minutos pasaban y todo se iba llenando: niños nerviosos, padres sobreprotectores que daban besos y monitores que repartian mochilas y camisetas. De pronto mi amiga pego un ligero bote mientras soltaba un gritito. A continuacion noto unas manos que me agarran y un grito, acompañado de un intento de susto.
- Ni lo intenteis.- Dije con voz calamada mientras giraba la cabeza lentamente y veia a Miriam y a Juri con sus manos en mis hombros.
- ¿ Se puede soñar, no?- Dijo y Juri melodramtica.
- Mientras tanto lo segiremos intentandolo.- Afirmo MIriam
- Puede que en ella no lo consigais, pero yo os doy un 10 de 10.- Dijo Myri, aún tomando aire del susto.
- Será mejor que entremos y cojamos buenos sitios.- Les aconseje mirandolas de hito en hito.
- ¡ Los de atrás! ¡ Yo quiero los de atrás!- Gritó Myri, entusiasmada.
- ¡ Nunca madurarás!- Gritamos las demás al unísono. Aunque tenía toda la razón. Los de atrás siempre son los mejores.
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Ya habíamos entrado en el autocar y los pequeños nos cedieron gustosamente los asientos del final. Nos sentamos en esta disposición: Myri y Juri a mi derecha y Miriam guardando el sitio a Gonza a mi izquierda. Yo me quede con el asiento del medio, porque siempre me encanto ver todo desde allí. Y allí estabamos, riéndonos de las anecdotas tontas de Miriam, de lo idiota que fue el novio de Juri a dejarla, pero sobre todo, de las caras tontas que poniamos Myri y yo.
Al poco rato llego Gonza, con esa sonrisa de suficiencia permanente en su rotro. Rápidamente le resumimos todo y tuvo la misma reaccion que nosotras: se echo a reír.
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Ya íbamos a salir, solo faltaba uno, que como no, llegaba tarde. En un segundo senti un dolor en el pecho, como una obstrucción en el corazón. Sentía que se me aplastaba. Mis amigos debieron notarlo porque fueron preguntando:
- ¿ Qué te pasa?- Myri.
- ¿ Te encuentras bien?- Gonza.
- ¿ Qué sucede?- Miriam.
- ¿ Estás mareada?- Juri.
Nege debilmente con la cabeza, pues sentía que si hablaba me estallaría el corazón. Sus voces eran tan solo un sonido de fondo, pueto que mi cuerpo estaba centrado en el insoportable dolor que sentía en mi pecho.
- Es como si el corazón se me estuviese aplastando...- Contesté entre jadeos.
- ¡ Emma! ¡ Tus ojos!- Me susurro Miriam.
Cogi mi movil y me mire en la pantalla. Efectivamente, mis ojos habían cambiado a su forma lobuna. Ahora eran de un color amarillo dorado y brillante. Me concentre dejando de lado el dolor y reestablecí mi control y mis ojos se volvieron normales, color café. Mi mirada se vio atraída hacía el principio del pasillo. Ahí plantado, había un chico alto; musculoso; de unos 16 o 17 años; moreno; con el pelo oscuro y revuelto; con los ojos cerrados, la mano apretada contra su pecho como yo y con una expresión de dolor. De pronto sus ojos se abrieron y se dirijieron hacia mi posición. Yo conocía eso ojos; eso ojos de los colores del bosque de finales de primavere; esos que una vez mire y pensé que eran perfectos; esos que vi brillar como mil soles cuando su risa inundaba mis oídos; esos que me traicionaron. Su mirada y la mía se quedaron fijadas. Inmediatamente el dolor desapareció y ambos bajamos nuestras manos hasta que quedasen caídas a los lados. Mis amigos y yo teniamos las expresiones más distintas que puede haber. Yo estaba en sock. Myri tenía cara de enfado. Gonza de confusión. Juri de sorpresa. Y Miriam de cabreo.
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Emociones confusas
Teen FictionQue pasaria si la primera persona a la que amaste te traiciona. ¿Volverias a confirle tu amor o vivirias recriminandote lo tonta que fuiste al confiar en el?