━✧art.

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La universidad nacional de Seúl se vestía de colores llamativos y extravagantes alertando la tan esperada llegada del festival anual que es aclamada por un público ansioso.

Alrededor de unos cincuenta stands de todos los clubes que cuenta la universidad está ahí, su trabajo y horas de esfuerzos están ahí.

Sicheng llegó a las ocho y media de la mañana junto a Yangyang para colocar sus bastidores en el stand que se les asignó. De repente, siente sus piernas temblar por los nervios que tenía en ese preciso momento, no había vuelta atrás.

—¿Estás listo?—le preguntó Yangyang que estaba a su lado.

Sicheng lo miró de soslayo y luego bajó la mirada.

—No lo sé... Me siento tan confundido en este momento.

Yangyang se acercó a él y le brindó un abrazo.

—Lo harás genial, tu trabajo siempre es increíble—dice con sinceridad, Sicheng estaba por responder pero Yangyang vuelve a hablar—. Debes confiar más en ti.

Los nervios disminuyeron, pero Sicheng seguía confundido con respecto a algo, mas en específico, en alguien.

La hora transcurrió rápidamente, las puertas están siendo abiertas, el momento llegó.

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—Kun—dice—. No puedo hacer esto.

El club de literatura organizó entre sus integrantes escribir un poema con la temática de las flores y la belleza. Dongyoung, el compañero de Kun, escribió un poema donde confiensa sus sentimientos a un chico en particular.

—Puedes hacerlo—lo alienta—. Estoy aquí contigo.

Dongyoung le sonríe nervioso y sube a la pequeña tarima que armaron junto a los estudiantes del club de carpintería.

«yo puedo hacerlo, yo puedo hacerlo » se repite una y otra vez tratando de creérselo.

—Siguiente, Kim Dongyoung —dice su profesora.

—El título de mi poema es: ¿Podrías aceptarme? —la profesora asiente con la cabeza y le indica que puede comenzar.

¿Podrías aceptarme?

Bajo un árbol de cerezos te pido disculpas por lo que voy a decir de repente.

Quizá no sea tan inesperado para ti.

Con las mejillas rosadas como los pétalos de una flor de cerezo, te digo la verdad que oculta mi corazón.

Con mucha vergüenza te miro a los ojos y suspiro como un enamorado.

El amor parecía algo tan desconocido para mí.

Que quisiera experimentarlo junto a ti.

Bajo un árbol de cerezos te pido disculpas por lo que voy a decir de repente.

¿Podrías aceptar a este tonto chico que cayó rendido a tus pies?

art ; ywDonde viven las historias. Descúbrelo ahora