Little big queen [OneShot LoL]

whatever.~

La pequeña niña de cinco años entró a la guardería tímidamente, con pasos cortos y discretos. Dejó su mochila en la percha y se sentó cerca de la ventana para sentir el calor del radiador recién encendido. Todavía no se había quitado el abrigo de plumas de oca tan calentito que le había hecho su madre, y acercó sus manitas a la estufa. Como había llegado la primera pronto los otros niños empezaron a imitar su gesto, pero ninguno se acercó a ella. Al ver que se sentaban al lado de otra niña un poco más mayor que ella suspiró. No entendería por qué Sejuani se llevaba tan mal con ella hata que creciese un poco.

Cuando vino la profesora todos colgaron sus abrigos y cada niño empezó a hacer lo que más le gustaba: unos pintaban, otros leían, y la pequeña niña que vestía como una muñeca cogió los bloques que tenían letras y números y se puso a hacer pequeñas construcciones de las que se sentía tremendamente orgullosa. Era la niña más pequeña de su clase, tal vez por eso ningún niño quería jugar con ella, pensaba, aunque era bien sabido que el resto estaba advertido de que bajo ningún concepto podían acercarse a la futura reina de Freljord. Esta medida fue tomada a raíz del primer intento de asesinato de la pequeña, cuando apenas era una recién nacida. Por supuesto, ella permanecía ajena a todo eso.

En un momento en el que estaba tan entretenida con sus bloques, notó cómo alguien le estiraba del pelo y le quitaba el lacito que llevaba. Para variar, era Sejuani y su poca gracia.

- ¡Eh! ¡Devuélvemelo...! - decía mientras intentaba alcanzar la cinta azul celeste que alzaba Sejuani.

- Cógelo... - la pequeña no hacía nada más que saltar para intentar cogerla, en vano.

- Nyu...

- ¡Ya está la niña del 'nyu'! ¡Qué pesada eres! - dijo Sejuani con rabia cuando tiró la cinta al suelo.

- No soy una pesada... - cogió el lazo del suelo, triste, y se fue hasta el baño para ponérselo como pudiese.

La primera parte de la mañana pasó lentamente hasta que la profesora les dijo que podían salir a tomar el almuerzo. La pequeña heredera al trono cogió su almuerzo, las galletas tan ricas que hacía mamá todos los viernes, y salió a pasear por el nevado jardín, tiritando bajo su abrigo de plumas de oca.

Mientras observaba a los otros niños correr y divertirse, ella se puso a cantar para tener la mente distraída.

- 'Te he visto volar con alas de papel por medio mundo...'

- ¡Cállate, niña tonta!

Sejuani interrumpió la canción de Ashe de un empujón que la envió de bocas a la nieve, y cuando se levantó se puso a llorar ya que se había llevado un buen susto.

- ¿P-por qué tienes que s-ser tan mala...?

Al rato vino la profesora a comprobar que estuviese bien, y le exigió a la mayor de ellas que se disculpase por lo ocurrido.

- ...perdón.

Cuando Ashe se tranquilizó un poco y sonrió, la profesora se fué y la pequeña abrazó a Sejuani, que la apartó violentamente.

- Lo siento mucho, majestad... - dijo en un tono de burla y con una reverencia irónica que la pequeña Ashe se tomó a risa.

- ¿Majestad? ¿Qué es eso? Suena a chocolate... Ñam... - río delicadamente, pero al ver que Sejuani iba poniéndose colorada por la rabia, se asustó y salió corriendo. Tropezó y cayó, y esperando el golpe de la niña, una sombra cubrió su diminuto cuerpo, protegiéndola.

- ¡Vete a fastidiar a otra parte, Sejuani...!

Un niño de pelo oscuro y ojos tan claros como el agua de un arroyo le habían protegido. ¡A ella! No se lo creía, además, por su tamaño, iría a la clase de los mayores.

- ¿Estás bien...? - sonrió y le ofreció su mano, que ella aceptó, levantándose. - Sejuani es una niña muy tonta, no vayas con ella...

Ashe sólo pudo decir un leve 'oh' al ver al niño que le había protegido. Sin embargo correspondió a su sonrisa con una suya.

- Me llamo Tryndamere... ¡Avísame si te vuelve a molestar! - volvió a sonreír y se fue corriendo con sus amigos.

Desde ese momento ella sabía que el problema no era suyo, si no del resto.

Desde ese momento, aun siendo muy pequeña todavía, sabía que no estaba sola.

Nunca lo iba a estar.