Cap. 1 Realidades

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LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN, SON DE MI GRAN AMIGO KISHI 😂. ES MI PRIMER FIC KAKASAKU Y TENDRÁ LEMON. SI LEEN ALGÚN NOMBRE O PALABRA MAL ESCRITA LES AGRADEZCO ME LO HAGAN SABER PARA CORREGIRLO. ESPERO LO DISFRUTEN Y OJALA COMENTEN QUE LES PARECE. ACEPTO SUGERENCIAS Y CRITICAS CONSTRUCTIVAS. GRACIAS!
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El despertador sonó en punto de las 7 de la mañana, algunos rayos de sol entraban por las ventanas a través de las cortinas delgadas. Sakura apagó el despertador de un golpe, no tenia ganas de levantarse ya que el día anterior tuvo doble turno en el hospital. Se animó un poco al recordar que hoy solo trabajaría medio día, así que se levantó y se fue directo al baño para que el agua la terminara de despertar.

Media hora después iba de camino al hospital, pensando en las actividades que tendría que realizar ese día. Siempre era lo mismo, su jornada laboral estaba repartida entre las consultas y cirugías del hospital y las clases con Tsunade Sama. Cada vez eran menos las clases que recibía por parte de la Hokage, ya que su aprendizaje era muy avanzado. Una o dos veces por semana realizaba misiones, ya sea sola o con algún miembro de otro equipo.

Después de la guerra, cada uno siguió un camino distinto, Sakura se la pasaba la mayor parte del tiempo en el hospital, Naruto se dedicaba exclusivamente a misiones de alto rango, siempre acompañado de algún otro ninja ya que podría ser muy fuerte pero un poco torpe en ocasiones y Kakashi...bueno, era Kakashi, con muchas misiones ya sea como jounin o como ANBU, pero siempre de líder o capitán.

Sasuke seguía en su viaje de redención, al parecer estaba por regresar a la aldea. Sakura no sabia que pensar de el, no sabia si tenia los mismos sentimientos que cuando era niña, en ocasiones lo extrañaba y deseaba que regresara y que por fin pudieran tener una relación, como la que siempre había deseado, pero se trataba de Sasuke...no sabia que esperar de el. También había momentos en los que deseaba no verlo. Recordaba todas esas ocasiones en las que era rechazada por el ultimo Uchiha, se le venia a la mente cuando la hacia sentir poca cosa. Así que ¿como iba a reaccionar cuando lo viera? Eso aun no lo sabia. ¿seguiría siendo el mismo? Tampoco lo sabia. Así que un buen día decidió no esperarlo mas, el tiempo se encargaría de poner las cosas en su lugar, solo que a veces era imposible olvidar al hombre del que había estado enamorada casi toda su vida.

Sus demás compañeros también tenían sus trabajos, las chicas se concentraban mas en sus misiones, Ino trabajaba 3 veces por semana en el hospital; a diferencia de Sakura, la rubia se dedicaba mas a tener misiones con los chicos de su equipo: Chouji y Shikamaru. Los demás equipos hacían lo mismo, a diferencia de Shino que repartía su tiempo entre misiones y sus clases en la academia ninja.

Sin darse cuenta, se encontraba en las puertas del hospital, saludo al vigilante y entro. La brisa fresca del aire acondicionado la golpeo en la cara y el aroma a detergente la hizo sentirse como en casa. La mayor parte de su dia se la pasaba en ese lugar, conocía al personal, donde se encontraba cada oficina o laboratorio, sus pasillos y sus atajos. Ese era su segundo hogar, amaba lo que hacía, esa sensación de saber que podía ser útil, de poder ayudar a curar desde una simple gripa o fiebre a trabajar codo a codo con la Hokage en las cirugías mas difíciles.

Camino hasta llegar a la recepcion para firmar su hora de entrada y recoger su gafete que la identificaba como la doctora de guardia. Se lo colocó del lado izquierdo de su pecho, encima de su bata blanca. La señorita encargada de recepción llego corriendo y se paró detrás del escritorio alto y grande.

-Lo siento, Sakura sama. Estaba entregando unos reportes al laboratorio del piso 2. Aquí esta su agenda del día, hoy tendrá varias consultas y de 10 a 11 de la mañana una cirugía en el quirófano 6 y después mas consultas- le entregó la hoja a la chica de pelo rosa.
-Muchas gracias, será como cualquier otro dia- sonrió ligeramente.

Mientras guardaba el itinerario en la carpeta que traia sintió un cuerpo muy cerca de su espalda.

-¡Hola, cariño! Ya te extraño ¿sabías? Estos días me has abandonado- dijo el chico muy cerca de su oído con voz baja y melosa. Sakura giró un poco su cuerpo y vio al chico a los ojos con una media sonrisa.

-¡Hola, Takeshi! Hoy solo trabajo medio día, ¿que te parece si nos vemos en mi casa por la noche?

-Me parece perfecto- dijo el chico sonriendo coquetamente. De forma discreta, paso la punta de sus dedos por el brazo de Sakura, inmediatamente la chica se alejo del ligero toque, no es que le molestara, solo sintió un poco de cosquilleo por su brazo, ademas que no querían que se supiera que había algo entre ellos.

Sakura sabía que no había necesidad de darle una hora en especifico. Sus encuentros eran siempre ya entrada la noche, cuando ya había poca gente por las calles. Así lo había decidido ella, ya que no tenían una relación formal. En un principio lo hizo con la esperanza de que cuando Sasuke regresara no pensara mal de ella por no haberlo esperado. Después de un tiempo eso dejo de importarle, pero aun así, al saber que esa relación solo era física y sin futuro opto por mantenerla en secreto. Solo se veían de vez en cuando y tenían sexo unas dos o tres veces por semana, dependiendo del tiempo que tuvieran disponible.

Takeshi era un chico ANBU perteneciente al Escuadrón de Rastreo. Era atractivo, hasta Ino lo habia aceptado. Era alto, con pelo negro, ojos grandes y un cuerpo bien trabajado. Era buena persona y sobre todo discreto, en realidad conocía poco de el ya que era un chico serio y muy hermético en cuanto a sus sentimientos. Pero la verdad y aunque se escuchara mal, no deseaba ni le interesaba conocerlo mas a fondo, solo le gustaba estar con el porque le ayudaba a calmar esa necesidad que le pedía su cuerpo.

No era la primera persona con la que estaba de forma intima. Takeshi era el tercer chico al que se entregaba. Con la primera persona con la que estuvo, aunque le cueste admitirlo; fue Naruto. Fue algo muy extraño para los dos.

Después de la guerra toda la aldea estaba sumida en un ambiente de tristeza y depresión. Cierto día, los chicos se habían reunido en casa de Sakura para tratar de recordar los buenos momentos de sus inicios como ninjas. Todos vivían su sufrimiento de diferentes formas y el reunirse les ayuda a calmar esa ansiedad que tenían. Por petición de Ino, compraron botellas de Sake.

Copa tras copa, una cosa llevo a la otra, al final solo quedaron la pelirosa y Naruto. Al terminar de recoger vasos y botellas vacías, Sakura comenzó a llorar. Su amigo no sabia que decirle así que simplemente la abrazo como una forma de brindarle apoyo. Cuando se dio cuenta, se estaban besando. Minutos después, Naruto la cargó a su dormitorio. Poco a poco se despojaron de sus ropas y se entregaron el uno al otro.

No es que no le haya gustado, al contrario, fue algo lindo ya que el chico era una persona muy importante para ella. Pero los dos se sintieron extraños al final, ya que ellos dos eran mas como familia. Así que decidieron no volver a repetirlo y nunca mas hablaron de lo sucedido.

Del segundo chico no valía la pena hablar. Después de un mes de "relacion" el tipo llego tomado al departamento de Sakura. Al no aceptar tener relaciones con el, quiso golpearla. Por supuesto Sakura no lo permitió. De un golpe lo hizo volar varios metros, le rompió la mandíbula y varios dientes. El no volvió a acercarce a Sakura. Lo único malo de todo eso fue que estropeó la pared del comedor y parte del piso.

¡Demonios! Aun no empieza mi día y ya tengo tantas cosas en la cabeza. Pensó Sakura.

Despejó su mente, estaba por comenzar a consultar y necesitaba estar concentrada.

Sabia que seria un día mas con la misma rutina de siempre. Atender pacientes, realizar cirugías y visitar a la Hokage (para saber si había un poco de entrenamiento) e irse a casa. Todos tenían su vida hecha, con pareja o con sus sueños cumplidos. Pero a Sakura le hacia falta algo. ¿Qué era? Aun no estaba segura, ¿tal vez mas misiones? ¿ver mas a sus amigos? ¿recordar viejos tiempos con el equipo 7? No lo sabía, pero esa era su realidad y tenia que aceptarla.

La Pieza FaltanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora