Me enamoré de mi amiga de la infancia. Y no es que haya sido un pecado, simplemente, no pude evitarlo. En realidad ni siquiera me di cuenta cuándo empezó a gustarme. Solo terminó pasando. Y no me arrepiento de nada. Porque cada día la amo más.
Era el cumpleaños de Boruto y la residencia Hyuuga estaba como loca. Al fin era mayor de edad, cumplía sus veinte años. Y era toda una celebridad. Así como lo era para una adolescente cumplir sus quince o dieciséis años, para los varones, los veinte eran los años de oro. Y Boruto apenas se percataba de ese detalle. No era que no estuviera emocionado, solo lo vivía como otro año más, sin prisas ni precauciones. Su hermana decidió prepararle un hermoso pastel de frutas, decorado con crema y adornado con tipografías delicadas en donde se leía: Feliz cumpleaños Boruto. A la fiesta asistiría toda la familia. Y en ese círculo entraban los Uchiha. Sakura, Sasuke y Sarada ya eran parte de la familia y no porque, precisamente, hubiera algún vínculo de sangre; ya era una costumbre que fueran parte de ella.
Boruto estaba en su habitación revisando algunos cuadernos viejos, esos que solía escribir cuando estaba aburrido, no era algo tan importante. Repasando las hojas, una por una y leyendo el contenido, algunas imágenes en forma de recuerdo inundaron su mente. Leyó varios párrafos, todo era sobre sus estúpidos planes de cómo llamar la atención de su padre. Qué tonto era, pensó entre risas. Las últimas diez páginas de su cuaderno contenían algo distinto. Al leerlo su corazón dio un vuelco, ¿cuándo escribió todo aquello? Hablaba sobre una chica, cabellos oscuros y ojos negros como la noche, profundos como la oscuridad. Se sonrojó al recordar a quién describía con tanta delicadeza, esa chica era la que ocupaba su mente y se negaba a aceptarlo, era su amiga de la infancia Sarada Uchiha. Soltó el cuaderno y lo guardó donde lo encontró, debajo de su cama, cubierto de polvo.
La semana que viene se mudaría a su departamento. Estaba acomodando sus cosas y tirando a la basura objetos que ya no servían. Y ese cuaderno...¿era correcto? Si Sarada se enteraba que él escribía cosas vergonzosas sobre ella, seguro lo golpearía. Recordó que una vez la besó por accidente y que ese beso fue inolvidable. ¿Por qué era tan adictivo? No podía quitarse esa imagen de la cabeza. Todavía no se casaba y ni siquiera tenía alguien en mente, aquel cuaderno le hizo pensar que debía pensar con claridad si algún día se casaría, sería con alguien que de verdad amara. Sacudió la cabeza. Se levantó de la cama y buscó algo de ropa, se bañaría, de ese modo quitaría esos pensamientos inútiles de su mente. Abrió la ducha y se dejó sumergir debajo del agua fría. La voz de Sarada se escuchó en la lejanía. Desde el baño escuchó que la familia Uchiha ya estaba en la casa. ¡Qué temprano! Enjabonó su cuerpo y lavó sus cabellos rubios. Enseguida se colocó la toalla y salió al pasillo para meterse a su habitación una vez más. No sabía por qué, tenía ganas de verla. Y no lo hacía desde algunos meses.
Su relación era cercana, siempre lo había sido, se tenían una confianza mutua, ambos se apoyaban cuando lo requería. Eran el complemento del otro. ¿Sarada también pensaría lo mismo que él? ¿El estaría en su mente todo el tiempo? No lo creía. Al bajar al comedor visualizó a su maestro, a la señora Sakura y a Sarada, ya estaban acomodados alrededor de la sala de estar. Su abuelo Hiashi y su tìa Hanabi estaban en la entrada, todavía no habían entrado, estaban entretenidos hablando con Hinata. Boruto saludó a su maestro y luego a Sarada. Su corazón latió con fuerza.
-Hola, Sarada.
Estaba hermosa. Llevaba un hermoso vestido de color rojo, con mangas finas que se alzaban sobre sus hombros. Al mirarla se sonrojó. Su cabello suelto le quedaba bien. Ahora lo tenía más largo que antes, cuando eran compañeros de equipo, lo tenía bien corto. Ya no usaba las molestas gafas rojas, aunque no negaba que se veía preciosa aún con ellas. El rojo le quedaba muy lindo. La hacía ver más madura.
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Deseo Indomable (Borusara)
Short StoryEn su cumpleaños número veinte, Boruto encuentra un cuaderno que escribía en sus épocas de genin, al leer el contenido se da cuenta que tiene sentimientos fuertes hacia Sarada. Cuando intenta confesarlo, comete un grave error, y pareciera que su rel...