Capítilo 3

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Miércoles 21 de Mayo de 2038

Me salpicó la sangre del arma con la que habían matado al caminante en la cabeza.
-Joder,lo siento mucho, no pretendía salpicarte - dijo Negan-Porque te has ido? Aún faltaba la parte más divertida. Me encanta ver la cara de Rick mientras le cojo sus recursos.
-No me interesaba, estar allí.
-Diablos, ni que fuese la escuela
Le mire con cara de odio
-Aaaahg, joder -balbuceó mientras se pasaba la mano por su cara - Ahora enserio porque ibas a dejar que te mordiera, tiene que ver con algo con lo que paso con tu madre, se que no me conoces y si no me lo quieres contar lo entiendo. Pero si quieres contármelo hoy o algún día te estaré escuchando y intentaré ayudarte.
Me puse enfrente de el
-Vamonos a por suministro, que me apetece divertirme.
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Llevamos a Alexandria, durante el camino de no hablamos mucho, no quería hablar sobre nada, no podía hablar de los fantasmas que llevan años tormentandome sin parecer débil, y creo que con Negan no es bueno demostrar señales de debilidad, a pesar de que lleve todo el camino mirándome preocupado.
Una vez dentro vi a todos mirándome con repulsión y asco. Me veían como si fuese un monstruo, como si yo fuese la mala de la película, pero si quieren un monstruo lo van a tener.
- Joder Rick, veo que esta semana os ha ido bien- dijo Negan observando un almacén lleno de armas y de comida.- ¿Leah, que dices, que nos llenas para el santuario?
Rick se giro a mirarme.
Camine a paso firme donde estaban ellos y mire desafiadamente a Rick.
-Esto- dijo agarrando un par de latas de comida y armas.
- Ahora ya se porque elegiste a Negan. Sois tal para cual. Si tú madre ya nos ha advertido de lo psicótica que eres y todo lo que le hiciste en el otro campamento.
Notaba como me ardía la cara, esas palabras me dolían y me provocan ira. Nunca me había sentido así. Empecé a temblar de la rabia.
- Eyy, estas bien? - dijo Negan mirándome preocupado.
- Cállate- dije apuntando a Negan con el riffle.
La puerta del almacén se abrió.
-Lo ves ya te dije que no se sabe controlarse- dijo mi madre a Rick.- Cariño por favor contrólate, no vuelvas a hacer lo del otro campamento, papa ni nadie se merecían morir.
No aguantaba más una palabra de ella, giré y le apunté con el arma.
- Cállate, Cállate, Cállate-dije balbuceando.
Estaba a punto de apretar el gatillo, pero no podía hacerlo nunca antes lo había matado a una persona, pero estaba repleta de ira, tenía los sentimientos que llevaba cargando durante años y han explotado hoy, en este mismo momento.
Antes de poder darme cuenta mi madre sacó un arma y me apunto.
-Caylin, baja el arma no ves que no está bien, necesita ayuda.-dijo Rick.
- Mato a mi marido, mato a todos mis amigos y me iba matar a mi, lo siento Rick pero no puedo dejarlo.- dijo mi madre llorando.
Nunca había sentido tanta rabia, estaba dispuesta a apretar el gatillo, pero el problema era que ella también.
Se escuchó un disparo.

El diario de Leah Smith Donde viven las historias. Descúbrelo ahora