Capítulo Dos.

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DongHyuck no entendía por que esa mañana su cuerpo se sentia distinto, se sentia ansioso y el calor de su cuerpo había aumentado, por un segundo creyó que se trataba de un simple resfriado o eso deseaba.

— ¡Mamá!, DongHyuck parece un tomate — Yeri gritó llamando la atención de sus padres y haciendo que estos pusieran los ojos sobre él.

JiHyo, la madre de DongHyuck se acercó rápidamente a su hijo, tocó su frente para comprobar que su temperatura fuese normal.

— Estás hirviendo, será mejor que hoy te quedes en casa y descanses.

— Mamá, yo quiero ir a la escuela — Su mamá abrió los ojos en sorpresa normalmente su hijo no desperdiciaria la oportunidad de quedarse hechado para pasar la tarde seguramente con el teléfono, ni él mismo sabía por que lo estaba haciendo.

— Cariño, estas hirviendo.

— Déjalo JiHyo, no lo quiero de flojo en casa. — Su padre terminó su café antes de levantarse y ver a su hijo con una expresión dura — No quiero que sea un bueno para nada.

— Chan te digo que está hirviendo incluso esta sudando.

— DongHyuck vete a cambiar, te quiero listo en cinco minutos. — Le dio una última mirada a su esposa y luego a su hijo.

HaeChan sin muchas ganas se levantó sin siquiera haber terminado su desayuno, subió a su habitación y se vistió rápidamente con el uniforme escolar que en ese momento se sentia tan apretado y asfixiante.

— Papá es muy duro con él — Dijo Yeri.

— Siempre ha sido duro con él.

— Si, pero desde que supo que no era el alfa que tanto esperaba lo ha sido más.

— Él quiere lo mejor para ustedes, tú padre sólo quiere que DongHyuck no tenga que depender demasiado y sepa salir adelante por si mismo.

Yeri decidió no contestar, sabía eso pero aún así se sentia culpable de dejar que su pequeño hermano fuese tratado así, el no poder ir en su ayuda cada vez que alguien se metía con él o en esos casos cuidarlo cuando está enfermo.

— Me voy — DongHyuck se despidió de su noona y madre antes de salir corriendo al coche donde su papá ya lo esperaba.

Caminaba a paso lento hasta la entrada del gran edificio que al denominaba como cárcel pero que la gente insistía en llamar colegio, varios par de ojos se pusieron sobre él, normalmente eso no le importaría después de todo estaba acostumbrado a ser el tema de conversación de uno que otro pero esta vez se sentia algo incómodo.

— ¿A quien golpe esta vez para que me vean así? — Fruncio el ceño, el no recordaba haber hecho algo en especial esos días a no ser que... ¡Oh! —

Sus tres alfas estában justo al lado de la puerta de entrada y él se sintió desfallecer, su aroma le llegó tan de golpe que sus pies casi se doblan, entonces se sintió aún más caliente y con la fuerte necesidad de correr hacia ellos para restregarse con alguno de los tres y lo hubiera hecho de no ser por que la voz chirriante y molesta de Yeeun llegó a sus oídos.

— ¿Quien lo diría? Eres toda una zorrita — Enarcó la ceja.

— ¿De qué diablos hablas?

— No te hagas la mosquita muerta — Nako lo empujó del hombro, siendo más pequeña y con menor fuerza no logró ni moverlo un centímetro aún así se sintió molesto.

— Bueno si fueras tan amable de explicarme la mierda que hablas

— Que dejaste de ser el repelente de alfas para ser la puta del colegio — La chica aplaudió, el sólo la miro sin mostrar expresión en especial aunque por dentro era otra cosa — Felicidades zorrita.

Omega de Tres -  00 Line (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora