Primer día de trabajo

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Fernando estaba llegando tarde a su primer día de trabajo como ayudante infantil. No había podido dormir correctamente.
Se levantó una hora después de lo que había planeado. Corría entre la multitud de la hora pico para tomar el tren. Intentaba no tropezarse con nadie, pero el estrés que tenía, las personas a veces no reaccionaban y que el tren ya había llegado a la estación le hacián muy difícil.
Sacó su tarjeta de pase.
- ¡Guil, lánsala!¡Yo pasó la tarjeta! - le gritó su compañero de la estación.
Le hizo caso y lanzó peligrosamente la tarjeta. Por suerte la atrapó y pasó la tarjeta para el lector. Agarró descuidadamente su tarjeta y entro desesperadamente en él.
Finalmente llego al edificio donde su vida de trabajo iba a empezar. Tomó el ascensor hasta el piso 4 y se dirigió hasta la puerta "B".
- Buenos días, señor Guilem - lo saludo la secretaria del lugar.
- Buenos días... -
- Delia, Delia Ramos -
- Una pregunta, ¿eres estudiante universitaria? -
- Si, estoy en el último año de mi carrera ¿Se nota mucho? -
- No estoy seguro, solo pensé que eras muy joven como para trabajar como secretaria -
- De acuerdo, esta es la niña que lo visitara hoy -
- ¿Solo una? Pero tengo 6 horas de trabajo, ¿es la única paciente que tendré? -
- Si, tengo entendido de que es tu primera vez siendo ayudante infantil. Es mejor que empieces de a poco -
- De acuerdo - hizo una pausa - Gracias. La veo después -
- Adiós -
Llevó su maletín y la hoja que había recibido de Delia. Su paciente iba a llegar en 2 horas, por lo que sacó sus cosas del maletín y las colocó apropiadamente sobre los muebles de la habitación. Una vez acabada su tarea llamó a su novia.
- Hola, Fer. ¿Cómo te está yendo en tu primer día de trabajo? - le preguntó Carol sentada en la silla de su cocina.
- Aún no ha llegado la paciente, su turno es a las 2 de la tarde. Decidí llamarte porque ya me aburría -
- No digas eso. Sé que me extrañas pero debes mantenernos a los dos hasta que saque otro "Best seller". Ya me faltan los últimos capítulos -
- Carol, ¿ya almorzaste? -
- ¡Eso era! Gracias por recordármelo; eres mi guardián, Rubí -
- Ya te dije que no me llames así. Presta más atención a tus horarios. Espera, ¿no me dijiste anoche que tenías las alarmas para comer? -
- Es cierto. Lo siento, hago mi mejor esfuerzo intento controlarme pero no puedo -
- Esta bien, conséntrate más -
- Adiós, Fer -
- Adiós, Carol -
Luego de cortar, Carol guardo el documento de su novela y cerró el programa. Y mientras escogía su almuerzo de las 13:50, encendió el noticiero.
- Oh no... ¿Cómo es posible hacer eso? - se dijo
La familia de su paciente había llegado un poco antes de lo acordado. No le pareció extraño. "Mejor prevenir que lamentar" pensó repetidas veces en su mente. El teléfono sonó y lo sostuvo para escuchar la voz de su secretaria.
- Florencia ya esta aquí - le avisó en voz baja. - Gracias, ¿puedes decirle que entre a la habitación sin sus padres? - le preguntó amablemente. -De acuerdo, señor -
Florencia se dirigió lentamente hacia la habitación de su ayudante. Sus piernas sudaban miedo y elegancia. Vestía con un vestido verde con lentejuelas desparramadas de forma que, parecieran un campo, que hacían contraste con el ancho lazo celeste que marcaba el cielo. Era un cuadro y ella lo desfilaba por el pasillo angosto con el sobre en su mano. Cuando terminó su interminable recorrido, tocó la puerta de Fernando.
- Pasa - le dijo al abrir la puerta -.Dime, ¿cuál es tu problema? -
Sin cruzar miradas y sin hablar, le respondió - ¿Qué son? ¿Fotos? ¿Son fotos que les sacaste a estatuas? - Flor meneó la cabeza negando la pregunta. - Entonces, ¿qué son? -le volvió a preguntar. No sabía cómo responderle sin emitir sonidos. En el mueble que estaba contra la pared, al fondo del escritorio, había un muñeco que era idéntico al de la foto que había sacado. Lo señaló y tapó su rostro con su sombrero de ala ancha. Tardó en comprender, pero finalmente se lo llevó. Ella le pidió que lo dejase en la mesa.
- Bueno, ahora, ¿vas a decirme el motivo de tu visita? - Flor estiró el dedo y cuando tocó el peluche este se convirtió en piedra, parecido al de la foto.

Fenómeno del gustoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora