DAY 3: SAFETY

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En una habitación de altas estanterías llenas de libros, dispuestas a cada lado de la pared, flanqueaban un escritorio de madera, lleno de papeles y un bote de aluminio con dos bolígrafos. La silla, detrás del escritorio, daba la espalda y ocultaba a la persona que miraba el paisaje nublado a través de los grandes ventanales.

- ¿Ya te has despertado?

- ¿Eh?

Sorprendido por mi voz, más aguda de como la recuerdo, miro mis manos para notarlas más pequeñas de lo habitual. La ropa también ha cambiado y consiste en una camisa y pantalones blancos, que en reconocerla, no puedo evitar empezar a temblar de miedo.

- Crees que te puedes dedicar a dormir durante tu trabajo, ¿verdad?

- Y-yo no...

- ¿Ahora niegas la realidad? ¡Por eso eres un inútil!

Girando la silla, un hombre con el cabello corto apoya los brazos sobre la mesa, siempre cubierto por las sombras que no permiten ver su expresión. Asustado, intento retirarme cuando escucho un sonido metálico en mis pies, identificándolo, al bajar la mirada, como unos grilletes que atan mis tobillos con las patas de la silla.

- ¿Qué pasa ahora? Tendrías que verte la cara, eres tan patético que dan ganas de encerrarte unas semanas más en tu celda, a ver si se cura tu estupidez...

- N-no...

Furioso, el hombre se levanta y con pasos rápidos se pone delante de mí dándome una sonora bofetada. Ocluyendo la mandíbula con fuerza, cierro los ojos en un intento por retener las lágrimas que amenazan con caer.

- ¡Impertinente! Lo que me faltaba, ¿¡dos días fuera de tu celda y te crees con el derecho de darme ordenes!? Tú, ¿¡una aberración de la naturaleza!?

- Y-yo... N-no... E-Esto no es real...

- ¡Habla claro, parasito! ¡No tolero que se cuchichee en mi presencia! –exclama el director golpeándome con una segunda bofetada.

- ¡No es real!! ¡Este despacho no es tuyo! ¡Tú no existes! ¡Estás muerto!

- ¡¿Pero qué te has creído!?

Rabioso, el adulto agarra una vara de encima el escritorio y empieza a golpearme en un costado.

- ¿¡Serás estúpido!? Y ahora, ¿¡te parece lo bastante real este dolor!?

Los golpes, cada vez más fuertes, me impiden respirar. Seguramente tengo el diafragma paralizado, y por más que quiera gritar, la voz no me sale.

- ¡Eres un pobre desgraciado que fue abandonado por sus propios padres! ¡No tienes ningún derecho en este mundo!

Espera un momento... ¿Qué es el diafragma? No lo entiendo...

- ¡Siempre serás un inútil que sólo sabe robar espacio y comida a los demás!

Estoy... Estoy seguro que el orfanato lo dejé atrás hace mucho tiempo... ¿Verdad? Ellos me expulsaron en primer lugar...

- ¡No llores! ¡Sólo aquellos con padres tienen el derecho a llorar! ¡He dicho que no llores inútil!

Y deambulé hasta llegar a la ciudad de Yokohama, medio muerto de hambre... Y cuando en la orilla de un río me decidí a robar para sobrevivir, vi un cadáver flotando en el agua.

- ¿¡Por qué te aferras a la vida!? ¡Muere de una vez, insecto!

Al final, por suerte para mi sanidad mental simplemente era un suicida frustrado... ¿Verdad? Y después... Descubrí mi habilidad y conocí a la Agencia Armada de Detectives...

Shin Soukoku week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora