Érase una vez un pequeño ajolote, su nombre era Toly. Solía vivir en el rio Salú, este rio sería muy hermoso si no fuera por el problema que tiene, hace unos años se construyó una enorme fábrica de productos tóxicos, los desechos tóxicos normalmente son lanzados al rio Salú, el hogar de Toly y toda su familia.
Esto afecta mucho a la especie de Toly ya que tanto ella como su familia viven en el rio y cada vez que lanzan sus desechos los contaminan más, Toly ya ha perdido a muchos miembros de su familia debido a la constante contaminación hídrica a la que son sometidos. Los ajolotes siempre trataban de limpiar el rio, pero nunca era suficiente, la fábrica lo contaminaba el doble, desesperados por lo que sucedía en su hábitat, un día todos decidieron reunirse y platicar sobre el tema para tomar cartas en el asunto.
Después de un largo día de ideas y opiniones, el ajolote alfa decide que se hará para mejorar su terrible situación. Su decisión fue que hablaría con los trabajadores de la fábrica sobre otras soluciones para deshacerse de los desechos sin contaminar el agua del rio, pero había un pequeñísimo detalle, mientras todos los ajolotes se encontraban reunidos, la pequeña Toly se encontraba camino a la fábrica para hablar ella misma con los que ella llamaba monstros contaminadores, Toly estaba tan decidida y nada la detendría. Camino a la fábrica, el pequeño ajolote se encontró a su mejor amigo, Atelopus, una rana que vivía a la orilla del rio.
-Oye Toly! ¿A dónde vas con tanta prisa?-Pregunto la pequeña rana acercándose.
-Oh! Hola, Atelopus, me dirijo a la fábrica, a discutir una situación que está afectando a toda mi familia y como nadie hace nada, yo, Toly el ajolote me sacrificare cueste lo que cueste para salvarlos –decía mientras seguía nadando y se alejaba mas
-Pe... per... pero espérame, yo iré contigo –Dijo la rana acercándose a su amiga que iba con mucha prisa
Toly y Atelopus se encontraban en los conductos de ventilación que tenía la fábrica en su interior, entrar había sido un poco difícil, pero no imposible.
Lo que si se les dificultaba mucho era llegar a donde necesitaban, principalmente porque no sabían a donde ir. A lo lejos Atelopus pudo ver una luz que sobre salía de una de las rejillas de ventilación.
-TOLY!! ¿Ves eso?-Sí, ¿eso significa que vamos en el camino correcto?
-Amiga no lo sé, supongo que deberíamos arriesgarnos y ver que hay ahí.
-Tienes razón! Vamos, lo peor que podría pasar es encontrarnos a los causantes del problema así que nos ahorraríamos tiempo.
Los pequeños anfibios se dirigieron a la luz que se filtraba a los conductos, lograron ver unas oficinas llenas de cajas. Optaron por saltar hacia las cajas que se encontraban del otro lado de la rejilla, fue un poco fácil por su tamaño.
Ya se encontraban dentro de la fábrica estos pequeños animales, solo que no sabían a donde ir, todo allá adentro era muy diferente a lo que estaban acostumbrados.
-Bueno Atelopus, a lo que vinimos.Pasaron por una puerta, y del otro lado se encontraron con muchas personas, eran los trabajadores de la fábrica. Toly se acercó a uno de ellos y le pregunto por el que mandaba, él le dijo que debería esperarlo ya que se encontraba un poco ocupado, ella no vio ningún problema ya que lo importante era hablar con él.
-Y cuál es la razón por la que necesitas de nuestro jefe? -Pregunto el trabajador intrigado por esta visita inusual.
-Vengo a solucionar un grandísimo problema que nos está ocasionando a mí y a mi familia.-Y ese problema es...?
-Está contaminando nuestro hábitat, el rio Salú, con sus desechos tóxicos y muchos de mis familiares y amigos mueren gracias a eso. Entonces lo único que quiero es hablar con sobre que soluciones podemos darle a esta situación para que se detenga.
-Oh! está bien, espero lleguen a un acuerdo para que tú y tu familia sean felices. ¡Por cierto! ¿Como es tu nombre?
-Mi nombre es Toly y él es mi amigo Atelopus –Dijo señalando a su amigo, la rana.
-Un gusto Toly, mi nombre es Robert. Buena suerte en tu misión
Toly y Atelopus fueron llevados a una oficina en la cual deberían esperar al jefe para resolver el asunto. Pasadas unas horas, uno de los trabajadores les aviso que es jefe ya había llegado.
Frente a ellos se encontraba un hombre diferente a los que habían visto, este llevaba traje y era muy elegante.
-Se ve tan bueno, pero nos hace mucho daño -Le susurro Toly a la rana.
El hombre los invito a su oficina. Una vez a dentro los anfibios tomaron asiento y empezaron a platicar con el jefe de la fábrica.
-Cuéntenme muchachos, ¿qué es lo que pasa?
-Bueno señor... -Ashton -señor Ashton, vine a hablarle sobre una situación riesgosa para mi familia y para mí la cual usted está ocasionando entonces vine para que platicáramos sobre alguna solución.
-A ver pequeñas cuéntenme lo que sucede.
-Lo que sucede es que los productos que está fabricando son tóxicos, pero ustedes no están deshaciéndose de ellos de la manera correcta, están lanzándolos al rio y no han dado cuenta de que sus desechos tóxicos están afectando a muchas especies, incluyendo a mi familia los ajolotes, entonces el motivo de mi visita es buscar alguna solución con usted sobre otras alternativas para deshacerse de los desechos que lanzan al rio.
El hombre de traje busco en su computadora sobre alternativa para deshacerse de los desechos tóxicos sobre cómo evitar la contaminación hídrica, después de un buen rato informándose sobre el teme el señor Ashton le dijo a Toly que ya había encontrado la solución.
-Dejare de lanzarlos al rio y los quemare.
-NOOOOOOOOOO! Pero que cosas dice señor Ashton eso ocasionaría algo aun peor que sería dañar la capa de ozono, así que olvídese de esa solución.
-Yo te tengo una mejor idea –dijo Atelopus -sería mejor si en la fábrica, señor Ashton dejara fabricar productos tóxicos y empezara a fabricar productos amigables con el medio ambiente, de esta manera no solo haría un bien a los consumidores y a las especies que habitan el rio, sino que también le haría un gran bien al planeta tierra fabricando estos productos eco friendly.
A Toly le pareció una grandiosa idea, pero había un pequeñísimo problema ya que el jefe se negaba a cambiar la producción de su fábrica.
-vamos señor Ashton sé que es algo difícil, pero piense en todo el bien que hará, además no disminuirá las ventas ya que hoy en día todos tratan de comprar productos para cuidar el medio ambiente. Solo unos cuantos meses y estará haciendo un bien durante años -decía Toly tratando de convencer al señor Ashton.
Después de unos minutos el señor Ashton decidió que si haría lo que los pequeños anfibios pedían, después de todo no quería dañar el planeta en el que vivía.
Y así fue al pasar unos meses la fábrica cambio su producción por algo que fuera más amigable con el medio ambiente. Todos los habitantes del rio estaban muy agradecidos con Toly, Atelopus y el señor Ashton por haber mejorado la situación del rio y sus habitantes, porque después de todo hay que cuidar nuestro hogar, el planeta tierra....
FIN.

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LAS AVENTURAS DE LA PEQUEÑA TOLY
PertualanganEsta es una historia que hice para la segunda versión del concurso del cuento ambiental "No a la contaminación por plástico".