MPDM

No se si tu, o yo.

Cuando te conocí

no creí que me fuera a enamorar así.

Todo era muy casual, amigos,

algo un poco más que amigos en realidad.

Pero aun así,

jamás habíamos sobrepasado esas noches de entrega,

todo siempre era físico y nada de sentimientos

refiriéndose a esos sentimientos que lastiman,

esos que te sacan de tu zona de confort.

Amigos compartiendo secretos,

compartiendo muchas más cosas

de las que se supone deberías compartir,

secretos de esos sencillos,

y los que te comprometen,

secretos que creamos los dos.

Ese fue mi problema,

empezar a confundir las cosas,

pero fue tu culpa también,

esas miradas entre empujones,

la forma tan delicada de acariciarme,

la pureza de tus actos.

¿A quien trato de engañar?

yo sola fui la que se generó esas dudas,

esas que hoy no me dejan dormir.

Y así fue,

me perdía en tus ojos cada vez que hablábamos

las ganas de sentir esos brazos alrededor mío

los actos impulsivos por llamar tu atención,

a todo eso sumale tu sonrisa,

no tienes idea de la fuerza de voluntad que debo tomar,

la tengo que arrancar de lo más profundo de mi ser,

para que, cuando sonríes, no tenga que besarte.

Pero te conozco, nos conozco,

vamos a jugar una batalla sin fin

y en la que los dos siempre vamos a perder.

Yo queriendo hacerte feliz,

tu inseguro del amor,

yo jodida por la vida,

y tu un poco peor.

Conozco el final de esto,

me vas a querer, te voy a adorar,

lo vamos a querer intentar,

nos vamos a tirar por la borda,

y justo antes de saltar,

alguno de los dos,

no se va a arriesgar.