Cruzando un largo pasillo, llegué a una puerta que abrí con fuerza y grité a todo pulmón.
-He vueltooooo!! Me echábais de menos, pequeños desgraciados?!
La mayoría de personas rieron y hasta me aplaudieron pero muchos otros arrugaron la nariz y apartaron cualquier mirada de mi persona. Me acerqué a la barra y me senté en ésta. Jason, el barman, me sonrió y se acarició las puntas del bigote.
-Kuro! Mi más mejor asesina!
-La más mejor de todas.- susurré apoyando la bandolera sobre el mostrador.- Un millonario reciente. Le dieron hace poco el dinero y no tiene herederos.
-Veo que no has perdido el tiempo.- dijo él, tomando el botín. Puso una tarjeta dorada sobre la mesa y yo la cogí para besarla como si fuera mi más preciado tesoro. La guardé cuidadosamente en mi bolsillo.- Por cierto, sabes que la hoja de inscripción para la Decapitatón acaba de llegar?
-No me jodas!
Miré el tablón de anuncios y visualicé la hoja. Estaba repleta de nombres pero había un hueco entre ellos para el mío. Miré enternecida a Jason.
-Has guardado un cachito para mí?!~
Corrí a apuntar mi nombre y luego volví a sentarme sobre la barra.
-Me siento casi tentada a abrazarte.
-No digas tonterías y pasemos a lo importante. Que te apetece?
-Algo fuerte.
-Puedo preguntar porqué?
Me incliné para llegar a su oído y susurré en él.
-Estoy buscando información sobre un tal Shiro. Un misterioso asesino.
-Por casualidad no será ese?
Jason señaló el final del bar y yo seguí su dedo hasta que lo vi a él. Estaba recostado en la puerta del armario de limpieza con pinta de estar esperando a alguien. Llegué a él en cuestión de segundos. Costaba reconocerlo. Ahora llevaba otra máscara diferente que le tapaba la mitad de la cara.
Su armadura y ropajes seguían siendo los mismos, solo que de diferente color. Me senté en el asiento que había adosado a la ventana y le miré con convicción.
-Hola "Shiro".
Él rió y me imitó.
-Hola "Kuro".
Reí igualmente. Había una parte de él que me parecía realmente entretenida.
-Podemos parar con la mierda políticamente correcta? Me aburre.- comenté, apartándome el flequillo de la cara.
-Porqué? Te hace sentir vulnerable?
-Me hace sentir normal.- le corregí.- Y odio esa sensación.
De repente, escuché un ruido muy fuerte y pude sentir como un líquido caliente resbalaba por mi frente. Lo toqué y pude comprobar que era sangre. Mi dedo siguió la línea de sangre hasta llegar a un agujero que tenía antes de llegar a la raíz del pelo. Bajé la mirada a Shiro y vi que sostenía una pistola.
-Vaya, pues es verdad. No eres normal.- susurró sosteniendo aún el revólver.
-Fíjate tú.....Me has disparado y ni siquiera me he dado cuenta.
Jason y casi todos los guardias de seguridad sacaron sus armas de debajo de la barra para matarlo pero les hice una seña para que las guardasen.
-Felicidades.- le dije, salpicando un poco de sangre de mis dedos a su armadura.- Eres el único que ha conseguido dañar mi cuerpo en mucho tiempo.
Sentí un cosquilleo en el lugar donde tenía el agujero y sentí como se cerraba poco a poco.
-Eres interesante, princesa.- comentó él sin guardar su arma. Me otorgó un pañuelo blanco para secarme la sangre.
-Intento serlo.- le respondí limpiando el líquido rojo que aún resbalaba por mi frente.- Ahora, si tienes algo que decir, suéltalo de una vez. No te hagas de rogar.
-Directa al grano, eh? Me gusta.
Resoplé y me acomodé en mi asiento. Estaba bastante nerviosa, a decir verdad. No por su presencia, si no porque no tenía ni idea de lo que me iba a decir.
-Me gusta avisar a mis víctimas de que las voy a matar antes de hacerlo.- comentó repentinamente.
(Okay, lo dejaré aquí, pequeños pecadores. ¿Tenéis curiosidad por ver cómo reacciona Kuro ante esto? Yo sí owo!)
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Enamorada de mi objetivo
RandomKuro, una asesina en serie, conoció a un chico en uno de sus trabajos. Compañía diferente, un asesino al igual que ella y su propia competencia. ¿Porqué después de la lucha y casi asesinarle, son incapaces de matarse? Quizá por su estúpido pensamien...