Notas de una novata

Dejaré todo en su lugar

Dejaré todo en su lugar.
Montaré el escenario que en mi mente los sueños desarrollaban.
Prenderé las luces en la noche, miraré la televisión, y a las ocho en punto cerraré los ojos entre los susurros de los protagonistas de aquellas películas que suelen comenzar a la hora que sales a caminar.
Dejaré que la bruma de mis pensamientos se disipe entre los disturbios de tu imagen en mi campo de visión, y haré contacto visual con aquellos bonitos ojos castaños que tanto suelen adornar tu rostro.
Observaré con calma, me moveré a un segundo plano y dejaré que tu cuerpo repose en el espacio a mi costado derecho.
Esperaré como suelo hacer cada noche y no hablaré hasta que seas capaz de comenzar alguna conversación natural.
Escucharé aunque me hables de lo tranquila que está la casa sin el volumen del televisor en lo máximo, o si me cantas aquella canción que escuchaste en la radio cuando volvías en el camión sin clima que tanto te gusta tomar.
En silencio, me mantendré a tu lado.
Permitiré que tu sombra se esfume de la casa, y en mis hábitos se desvanezca todo lo que una vez me enseñaste.
Me quedaré sentado frente al televisor, parpadeando para disipar de mis ojos los excesos de sal que tu silueta deja en mis pestañas empapadas.
Guardaré el recuerdo en mi memoria a corto plazo y de a poco me separaré del sentimiento de pertenencia al que tanto me aferraba en tu presencia.
Te dejaré marchar, como tanto me pediste un tranquilo día soleado.
Sólo así.
Te dejaré en la calma, me bañaré en el afecto que ya no reclamarás y de vez en cuando me tomaré un momento para explicarme que de ti ya no queda nada más.
No para mí.