La Felicidad que yo Merezco... (Akihiko x Shinobu)

CAPITULO 48 Apoyo incondicional

---Fuyuhiko---

Estoy movilizando a todos mis abogados para que encuentren alguna falla en esos papeles que tramitó el imbécil de Miyagi

Sé que nada es legal, que algo esconde...

Solo me mostro papeles que dicen que tiene la custodia total de Derek

Y además Akihiko me dio un acta de divorcio, dónde él y Shinobu ya no son nada

Estoy seguro que todo fue culpa de ese infeliz de Miyagi You

Él hizo algo para que todo esto ocurriera

Para alejar al pequeño Shinobu de nuestro lado

Maldito infeliz...

Tengo que esforzarme

Quiero que mi familia este junta, como debe de ser

Cuando mis hijos por fin volvían a ser felices

Cuando estaban formando sus familias...

El mundo parece estar en su contra

Maldición

Necesito hacer algo

Espero que mis abogados puedan hacerlo

En verdad deseo que todo se solucione

Todo está volviéndose un caos por completo

Maldición...

Me siento tan impotente

-¿Fuyuhiko-sama?

Me di media vuelta y vi a mi amado Tanaka...

Suspire y me acerque a él abrazándolo con fuerza, aferrándome con él

Tanaka es mi fortaleza

Él me ayuda con todo

Me estoy aferrando a él como si mi vida dependiera de ello

-Tranquilo Fuyuhiko-sama todo estará bien
-Estoy perdiendo las esperanzas -murmure
-...

Porque cuando más felices estábamos... todo esto ocurrió

-Encontraremos la solución
-Lo sé, haremos hasta lo imposible para hacerlo
-Estaré con usted siempre
-Lo sé mi amor

Tome su mentón y lo bese

Es el amor de mi vida

Es mi gran apoyo, mi todo

-Lo vamos a lograr -tome sus manos
-Confía en tus abogados, ellos encontraran la solución
-Es lo que deseo, quiero que mis hijos sean felices
-Se lo merecen Fuyuhiko-sama
-Solo dime Fuyuhiko -sonreí
-Así será

Lo tome de la cintura y lo bese como si no hubiera un mañana

Debo de cuidarlo

De protegerlo y esforzarme

Voy a ayudar a mis hijos

No descansaré hasta ver feliz a mi familia

Sin importar el costo

---Kaoru---

Realmente sigo tan sorprendido...

Estoy recibiendo apoyo de quién menos esperaba