Capítulo 2

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— ¡Shirayuki! — comenzó a gritar Maeri en busca de su amiga — ¿Donde estas? — dijo un poco más bajo luego de buscar un poco más.

Se quito la capucha para poder ver una especie de construcción.

Desde donde se encontraba se podía ver a la distancia una especie de edificación, mientras más se acercaba podía ver claramente una mansión abandonada.

Maeri se acercó a la mansión para buscar a Shirayuki, sin embargo la puerta tenía candado.

— ¿Podría estar aquí? — se preguntaba Maeri a si misma hasta que escuchó una voz.

— Creo que está puerta da al exterior — decía una voz al otro lado de la puerta.

— ¿Shirayuki? — pregunto Maeri a la voz del otro lado.

— ¿Maeri? ¿Eres tú? — pregunto aquella voz que tanto conocía.

— Si, soy yo — dijo Maeri alegre de encontrar a su amiga — ¿Hay alguien aparte de ti allí?

— Si — afirmó su amiga — Tengo que salir de aquí — dijo mientras caminaba hacia las ventanas — Es inútil, tienen rejas — Maeri se dirigió a las ventanas, y tenían rejas todas las ventanas.

Maeri miro al segundo piso y pudo divisar las ventanas de arriba.

— Sube Shirayuki — le indicó que vaya al segundo piso — Las ventanas no tienen rejas.

Shirayuki sin decir nada se alejó de la ventana y se adentró en la mansión.

Pasados un tiempo se escuchó como se rompía un cristal y luego como Shirayuki subía las escaleras y se asomaba a la ventana.

— Salta Shirayuki — dijo Maeri lista para atrapar a su amiga.

Shirayuki saltó y Maeri la atrapó antes de que choque con el piso.

— Te tengo — dijo Maeri con una sonrisa y Shirayuki se la devolvió.

El sol ya estaba a punto de ocultarse y mientras pasaba el tiempo, más difícil era ver.

— Así que había otra pelirroja — dijo una voz a las espaldas de Maeri.

Maeri bajó a Shirayuki y se giró para poder observar a la persona que le hablaba.

— ¿Y tu quien eres? — pregunto Maeri al tipo desconocido.

— Soy Mihaya — se presentó y extendió su antorcha un poco agotado.

Viéndolo de cerca. Maeri se dio cuenta de que era la persona que vio en el puerto.

— Shirayuki — llamo la atención de su amiga — Corre — le ordenó.

— Esto es una montaña, no se pueden escapar — dijo Mihaya viendo directamente a Shirayuki — Y tenerte a ti tampoco sería malo — dijo esta vez mirando a Maeri.

Mihaya camino en dirección a Shirayuki pero Maeri se interpuso evitando que la agarre.

— No le vas a hacer nada a Shirayuki — dijo en un tono frío y enojado.

— Tranquila, tu también vendrás conmigo — Mihaya trato de agarrar a Maeri pero ella fue más veloz y lo esquivo.

Maeri agarro el brazo de Mihaya y lo doblo haciendo que suelte la antorcha, y luego lo golpeo en el estómago para que caiga.

— Eres fuerte — reconoció Mihaya — Me contentaré con la otra — dijo con una sonrisa.

Antes de que Maeri pudiera golpearlo apareció Zen y le apuntó con su espada claramente enojado.

Pelirrojo Trenzado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora