Durante el viaje por el tiempo, Max Taylor había rechazado un beso en la mejilla por parte de su mejor amiga Zoe Drake. Muchas cosas pasaron por su cabeza cuando sucedió aquel incidente. Se asustó cuando el controlador de la nave se partió causando una alerta de peligro en que posiblemente desaparecerían del mapa; sin embargo, el androide Jonathan les avisó que era sólo unos problemas de energía causados por la viscosidad bucal del Dr Z.
Y luego vino la desesperación del chico. Cuando todo se calmó además de el aviso del luminoso Terosaurus, Max se arrepintió de la gran posibilidad de sentir aquellos labios de Zoe, a tal grado que mariposas en su estómago han sido persistentes tan sólo recordarlo; Era de esos momentos en que sus sentimientos hacia la chica pelirrosa estaban saliendo, implorando que robara el corazón para serla totalmente suya. Esos celos y pataletas contra el pirata Jim de pasar más tiempo con Zoe durasnte la travesía del Caribe, habían demostrado que por más que trate de negarlo, tarde o temprano estaría enamorado.
Después de la calma habían llegado a la China del año 572, por unos instantes Max se alejó hacia un pasillo, solitario y dando vueltas recurrentemente.
"¡Rayos! !Estaba cerca! !malditos nervios! Casi lo consigo" En su mente el chico de pelo castaño agarró su cabeza en señal de decepción, y rabia a si mismo. Rex se dio cuenta sobre la ausencia de éste, además de lo callada y decepcionada que se encontraba Zoe; fue a seguirlo y lo acercó en esas instancias. Sabía a ciencia cierta que Max era muy celoso cuando alguien coqueteaba con la joven, claro signo del amor que sentía el chico del poder eléctrico.
- ¿Está todo bien, Max? - El rubio le toca el hombro, causándole un susto.
- ¡¿Qué?! ¡¿Como?! - Max brincó, sintiéndose sorprendido. - Oh, Rex. Perdón por irme, sólo estaba pensando un poco.
- ¿Sobre el intento coqueto de Zoe? - Rex sabía sobre esa situación, no era un tonto para no darse cuenta.
- ¡¿Qué?! Noo, para nada. Sólo estaba un poco mal por la pérdida de la piedra cósmica. Es todo.
- Max, tus mejillas están rojas; creo que tiene que ver con ella. Además está toda distante y no quiere hablar.
- Creo que estás equivocado.
Aprovechando que Max no quería admitir, a Rex se le ocurre una idea maliciosa.
- Bueno, si no es eso, iré a ver por allá. A hablar con Zoe a declararme.
- ¡Hey! - Max iba a alterarse, pero no pudo ocultarlo. - Está bien, tu ganas. Admito que estoy en esa situación coqueta con Zoe.
- Deberías decir lo mucho que la amas. - Rex comenza a alejarse de Max.- Yo si fuera tú iría a decir lo que siento por ella. - Rex salió de aquel lugar dejando aturdido a Max.
Los nervios invadieron por completo a Max, se sentó en el piso apoyado por una pared, Gabu vino a ver a su portador, haciendo los sonidos típicos del Triceratops. Max lo carga y lo acaricia mientras piensa en si mismo.
- No sé que hacer, rechacé a Zoe. De seguro me odiará por esto, pero... Me da coraje admitirlo, pero me gusta. ¡No! La amo. - Gabu simplemente estaba en silencio. Entendía el problema de su portador. El joven siguió hablando. - Amo a Zoe Drake y creo que la perdí por actuar de forma estúpida y ser un cobarde. - Gabu se zafó de Max y corrió en dirección a la zona de control.