Sinopsis

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A cualquier chica del instituto que le pidan describir a Matteo Balsano, lo describirán como un pecado. Algo tan fácil de cometer, pero tan difícil de pagar.
Nadie que pasó por él se fue indiferente, todas quedaron marcadas para el resto de su vida porque como él te tratará, como él te destrozará, como él te hará mierda el corazón (y el culo) no lo hará ningún otro chico de la ciudad.

Es fiel a los 7 pecados capitales: la lujuria, la ira, la soberbia, la envidia, la avaricia, la pereza y la gula.

Lujuria:

La linda rubia que se encontraba sobre las piernas de Matteo se removía incomoda al sentir algo duro fuera de lugar, se levantó y observó como el paquete del castaño en la silla estaba más despierto que nunca y bailando más que todos en esa fiesta. Rodó los ojos y él, sin sentir ni un poco de vergüenza, sonrió pícaro.

—¡Tan solo estaba sobre tus piernas, degenerado! —gritó la chica, cosa que ni Matteo escuchó bien. Estaba tan drogado que ni recordaba su propio nombre.

Ira: 

 Tenía tantos sentimientos negativos, tenía una temperatura muy alta en su cuerpo y, viendo como su padre se arrastraba con una mujer que claramente no era su madre, no midió sus actos y acudió a la violencia. Con cierta ferocidad, tomó a su padre —que intentaba explicarle la situación que no necesitaba una explicación— del cuello y lo golpeó contra la pared. La mujer que se encontraba en su cama solo se cubría con una sabana mientras buscaba por la habitación su ropa.

—¡Eres un maldito! —gritó Matteo lanzando el primer golpe. Justo en la nariz.

Soberbia:

—Yo pienso que ese cuerpo tuyo es merecedor de alguien como yo y no de alguien como él —dijo Matteo, mirando a la chica con deseo y al chico con repugnancia—, ¿qué piensas de saciar esta sed que tenemos y dejar que el momento fluya... en una habitación? O dónde sea, realmente el lugar es lo de menos.

—Matteo, deja de joderme la maldita paciencia. Me tienes los ovarios hinchados con tu dramatis... —intentó hablar la chica, pero él, siempre teniendo algo para decir, la interrumpió.

—Linda, él no tiene porque enterarse —le susurró esto al oído al mismo tiempo que el chico se acercaba.

—Ya tengo las bebidas, ¿entramos? —preguntó el novio de la casi carnada de Matteo Balsano. El último mencionado sonrió y asintió como si anteriormente no había empezado a añejar un gran queso.

—Estoy ansioso por entrar —dijo, con un doble sentido que solo la chica entendió por su más reciente conversación.

Envidia:

—Todavía no puedo creer que él esté con ella, ¿qué le ve a él que no me ve a mí? Claramente está ciega —dijo Matteo, sin despegar sus ojos de la castaña ojos verdes que se encontraba devorando a su reciente novio a las afueras del campus. Las manos de la chica de tez blanca llegaron a el cuello de su chico y bajaron hasta sus hombros.

—¡Claramente yo la besaría mejor! —exclamó exasperado Matteo, mirando a su mejor amigo Gastón.

—Hermano, ya veo que lo que tienes es envidia —dijo Gastón, francamente.

Avaricia:

—Setenta para mí y... —dijo Matteo Balsano separando el dinero en las cantidades anterior y próximamente mencionadas—treinta para ti —concluyó su frase con una sonrisa de ganador, entregándole el dinero recién contando al hermano de Luna Valente, la chica de la que se encontraba perdidamente enamorado, que le había hecho un gran favor: prestarle las llaves de su casa.


Pereza:

—Matteo Balsano —la profesora de biología llamó a Matteo Balsano, viéndolo llegar a su clase 5 minutos antes de que el timbre de salida sonara—, ¿en serio tiene el descaro de llegar a estar horas? ¿Cuál es su excusa? ¿Se quedó dormido de vuelta?

—No, hoy si logré despertarme, pero no tenía ganas de soltar la cama.

Gula:

—Matteo, la barriga te explota y sigues comiendo, basta —le dijo Luna Valente al castaño encantador que no dejaba de comer su helado de pistacho, que antes aborrecía, pero que aparentemente luego amó.

—Aún hay comida en esta mesa —se excusó.


Cada uno de sus pecados son consumidos por chicas que solo buscan tener una reputación y gritarle a los cuatro vientos que cogieron con Matteo Balsano, lo que diferenció a Luna Valente del resto fue que ella, luego de haber tenido su nochecita con él, nadie se enteró y fue un polvo silencioso. Eso lo enloqueció.


N O T A 
D E   A U T O R

Nueva HISTORIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, hace mucho tenía ganas de hacer esta historia, literalmente la tengo pensada desde 2017 solo que no había tenido la oportunidad de subirla, pero diosmio estoy TAN CONTENTA. Van a ver el desarrollo y el crecimiento que tendrá el personaje de Matteo. Ojalá les guste♥ 

Los 7 pecados capitales de Matteo Balsano |LUTTEO|Where stories live. Discover now