One Shots BTS (V, Suga, Jungkook)

Jungkook y el elevador

-¿Terminarás conmigo?

-Claro Mingyu. - sonreí. - No creas que soy tan estúpida ¿si? - tomé mi bolso.

-Ella es sólo una amiga.

-Que te coges cuando salgo a trabajar. - bajó la cabeza. - Tranquilo, podemos ser amigos.

Dí una palmada en su hombro y me dirigí al auto. Es una pena desperdiciar al chico... es bueno en la cama. Ahora me diríjo al trabajo. Llego a mi oficina, me acomódo y comienza mi turno.

-Emily, llegó el señor Jeon, negocios.

-Justo a tiempo. - quité mis lentes.

Jeon Jungkook, más que reconocído por su belleza. Y por ser un gran amante, según lo que se escucha por ahí. Todas andan locas por él, siempre me toca a mí atendérlo ¿Suerte? Definitivamente.

-Hazlo pasar.

-Suertuda, es el más sexy. - guiñó el ojo.

-Oh, sí que lo es Vaiola. - se fue y reí.

-.... Buenas tardes. - entró y lo miré.

-Demasiado sexy. - mordí mi labio.

-¿Disculpa?

-Que buenas tardes... siéntese señor Jungkook. - busqué sus documentos. - Entónces ¿Quieres comprar ese terreno... y este? - señalé en el papel.

-Si. - miró el escóte de mi vestido.

-Mis ojos están aquí, Jeon.

-Con todo respeto, son difíciles de ignorar. - reí y miré sus labios.

-Hagámos el papeleo. Del dinero hablaremos después. - busqué en mis gabetas. - Rayos, olvidé los papeles del contrato.

-¿Puedes conseguir?

-Claro, en las oficinas de abajo, Acompáñeme porfavor. - nos levantámos.

-Después de tí.

¿Además de su gran encánto físico es todo un caballero? esos son los hombres en los que no se puede confiar. Bajar las escaléras no era la mejor opción así que tomámos el ascensor. ¿Quién sabe? Tal vez la mejor desición que he tomado. Apreté un botón, las puertas se cerraron y...

-¿Qué fue eso?

-¿Porqué nos detenemos?

Los dos nos mirámos y segundos después escuchámos una voz que salía de la bocina sobre nosotros.

-Falló un cable de electricidad, tomará un poco arreglarla pero tranquilos, sobre ustedes hay ventilación así que no hay porqué alarmarse.

-Ugh, increí... ¿De nuevo?

-Lo siento es que... son enormes. - reímos.

-Las miras... ¿Pero no las tocas?

-Me daría una cachetada. - levantó una ceja.

-¿Cuando ha sido un problema tocar a una chica para usted?

-Sus oídos han escuchado suficiente... ¿No es así Em? - reí.

-Te doy el permiso. - puse mis manos atrás.

-Los sacarémos en unos minutos, tranquilos. - miré hacia arriba.

-Tienes algunos minutos, Jeon. - sonrió.

Se acercó a mí y apretó mis cenos usando ambas manos, quitó 3 botones de mi chaqueta, las sacó y dejó 2 marcas sobre cada una de ellas.